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García y Adell

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Perico Estela, el bandolero de Gallur, en Milenio 3

Gallur (Foto: C. García)
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Milenio 3, 3ª Hora (02/01/2010)

http://www.cadenaser.com/actualidad/audios/milenio-hora-2010/csrcsrpor/20100103csrcsr_3/Aes/

En la primera emisión de "Milenio 3" de Íker Jiménez, en las madrugadas del domingo, se emitió la entrevista que nos realizó Carlos Largo, sobre el bandido Perico Estela, de Gallur, para su sección "El Callejero del Misterio".

Ponemos en enlace de la "3ª Hora", con la entrevista, y a continuación reproducimos algunos aspectos de la historia de "Perico Estela", que curiosamente tiene dedicada una calle una calle en Gallur, publicados en nuestro libro Otros bandoleros aragoneses.

Calle dedicada a Perico Estela en Gallur. Foto: C. García
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Perico Estela, de Gallur

En la comarcas de la Ribera del Ebro y en las Cinco Villas el bandolerismo fue una realidad endémica durante gran parte del siglo XIX. En 1815 y 1816 la Audiencia de Zaragoza envió circulares para prevenir el bandolerismo que, lejos de disminuir en la zona, obligó al propio Palafox a ordenar el envío de tropas a la zona para reprimir las partidas de bandoleros.
Durante la segunda mitad del siglo XIX una persona de Gallur acaparó la atención incluso de los pueblos vecinos. Su nombre era Perico Estela y por sus actuaciones acabaría convirtiéndose en un personaje de leyenda, recordado en la actualidad.
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Conflictividad social y bandolerismo en el siglo XIX. Comarca de Monegros

Conflictividad social y bandolerismo en el siglo XIX. Comarca de Monegros

Aspecto actual del santuario de Nuestra Señora de Magallón en Leciñena, saqueado e incendiado porlos franceses en 1809. Foto: C. García

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José Antonio Adell Castán
Celedonio García Rodríguez


En los últimos años del siglo XVIII se propagaron en Aragón las ideas revolucionarias que el 14 de julio de 1789 pusieron fin en Francia a siglos de dominio señorial. Una aguda crisis de cosechas vino a complicar la situación de los jornaleros, provocando gran agitación social y temor entre las clases burguesas de Zaragoza. Las crisis económicas y sociales originadas por años de escasez fueron un mal endémico a lo largo del siglo XIX. Proliferaron revueltas motivadas por el mal reparto de la propiedad, el hambre, las crisis políticas y el bandolerismo.

En este contexto, con malas cosechas en 1801-1802 y 1803-1804, estalló la Guerra de la Independencia, que también tuvo repercusiones en esta comarca.

La Batalla del Llano en Leciñena

Entre 1808 y 1814 la guerra de la Independencia asoló el territorio aragonés en diversas fases. Durante estos años la guerrilla constituyó un modo de vida que recordaba la larga tradición del bandolerismo rural aragonés. La guerrilla creó un clima de terror e inseguridad entre las tropas invasoras y alcanzó celebridad en Europa por su novedosa y efectiva forma de combatir. Cuando acabó la guerra muchas de estas partidas se convirtieron en auténticos bandoleros. Los guerrilleros no podían volver a sus lugares de origen, donde les aguardaba el hambre, la miseria o represalias.

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Pirineos, tierra de leyenda

Publicado en el “Especial Día de Aragón” del Diario del Altoaragón,
23 de abril de 2009

 

El Pirineo es escenario de historias y leyendas de brujería. La bruja del Museo de Tella es representativa de la mujer mayor que vive sola con sus pócimas y brebajes y a la que todo el pueblo acusa, la mayor parte de las veces sin fundamento, de prácticas brujeriles. Foto: J. A. Adell

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Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

San Jorge está rodeado de leyenda. En la Alta Edad Media surgió el mito de la lucha del santo con el dragón, al que vencerá para salvar a la hija del rey de la Pentápolis. Y hasta se dice que le vieron cabalgar por el cielo sobre un caballo blanco, rodeado de nubes y con un rayo por espada, ayudando al conde de Barcelona, Borrell II.

Vivimos en una tierra de leyendas. Las piedras y montañas nos sumergen en la mitología; nuestros castillos y fortalezas conservan cierto halo de misterio y los seres mágicos pululan por doquier. Nuestra rica historia se entremezcla con originales ficciones. En todas las comarcas aragonesas encontramos un mundo legendario que ha llegado hasta nosotros a través de la tradición oral o de los textos. Sin embargo en los recónditos valles y en los aislados pueblos del Pirineo este mundo mágico adquiere un halo especial.

Pirene y Hércules

Existen varias versiones fantásticas que explican la formación de los Pirineos. Según una de las versiones, Gerión, un gigantesco pastor de tres cabezas, se enamoró de la hermosa Pyrene, hija de Túbal, el mitológico nieto de Noé, y decidió hacerla su esposa. Ante la negativa de Pyrene, Gerión luchó contra su padre y le venció. Pyrene huyó y se escondió en una cueva. Gerión, enloquecido, la buscó y como no la encontró decidió quemar todos los montes. Hércules, que pasaba por la zona realizando los famosos trabajos de los que nos habla la mitología griega, oyó las voces de auxilio de Pyrene y acudió en su ayuda. Pyrene murió en los brazos de Hércules, pero antes de dar su último suspiro pudo contar a Hércules su penosa historia.

Hércules la enterró y construyó un impresionante mausoleo en aquel mismo lugar. Recogió rocas y piedras del monte que había sido arrasado por el fuego y así formó la colosal cordillera, que hoy recibe el nombre de Pirineos en honor a Pyrene.
 
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http://garcia-adell.blogspot.com/2009/04/pirineos-tierra-de-leyenda.html

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El bandido Cucaracha en las memorias de José Millán Astray

En junio de 1918 el diario madrileño El Imparcial publicaba en sus páginas un fragmento “De las Memorias de Millán Astral”, Visión de sangre, en el que se recordaba al famoso bandolero que anduvo por los Monegros entre 1870 y 1875.

José Millán Astray, padre del que cuatro años después fundara la Legión, fue director de la cárcel de La Coruña, abogado de profesión, con aficiones literarias y en aquel momento colaborador de prensa.
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Según se decía en el preámbulo del artículo de El Imparcial, los destinos que había desempeñado en la alta Policía y el cuerpo de Prisiones, las numerosas relaciones de que entre todas las clases sociales disfrutaba y su extraordinaria retentiva, hacían de Millán Astray un archivo viviente de cosas, personas y sucesos con los que había convivido largamente.

Este ambiente, en el que crecería su hijo, daba a sus “Memorias” singular atractivo y excepcional autoridad. Para demostrarlo con el ejemplo reproducían una de las narraciones anecdóticas más emocionantes. Nos introduce en el ambiente de Mariano Gavín, apodado “Cucaracha”, natural de Alcubierre:
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“Los montes de Alcubierre, en las provincias e Huesca y Zaragoza, fueron muchos años la guarida de la cuadrilla de bandidos capitaneada por el célebre «Cucaracha».
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El gigante aragonés Fermín Arrudi

Gigante de Sallent y su mujer en un artículo publicado por la revista ilustrada "Mar y tierra" en 1900
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A comienzos de 1900 la revista ilustrada Mar y tierra publicaba en sus páginas un artículo dedicado a Fermín Arrudi, El gigante aragonés, un personaje interesante en aquellos tiempo en que escaseaban los hombres de talla.

Arrudi se estaba exhibiendo en Barcelona, donde llamaba la atención por su friolera estatura de 2 metros y 29 centímetros. Su pie tenía una longitud de 40 centímetros y calzaba el número 58. Su mano medía 30 centímetros y su pecho tenía una circunferencia de metro 35 centímetros. Pesaba sólo 170 kilogramos.

Mar y tierra nos contaba otros aspectos de su biografía:
"Nació en Sallent, cerca de la frontera francesa, provincia de Huesca (Aragón); sus padres tuvieron la estatura común y tiene un hermano de talla ordinaria y una hermana cuatro años menor que él, la cual mide i metro 96 centímetros. Sus padres eran labradores.
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http://celedoniogarcia.blogspot.com/2009/01/el-gigante-aragons-fermn-arrudi.html
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Conflictividad social y bandolerismo en el siglo XIX

Conflictividad social y bandolerismo en el siglo XIX

 Publicado en el libro Comarca de Los Monegros, coordinado por Gonzalo Gavín González, de la Colección Territorio. Diputación General de Aragón, Zaragoza, 2005. Págs. 119 a 130.

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La bruja de Velilla de Ebro

La bruja de Velilla de Ebro

 Detalle de "El Conjuro" (Goya)

En la última década del siglo XIX habitaba el Velilla, junto a las orillas del Ebro, una mujer que era tenida por adivina. Como muchas brujas, era capaz de dar y curar enfermedades a su antojo, y hasta se permitía el lujo de conversar con seres que habían fallecido hacía más de un siglo..

Un joven de la misma localidad, llamado Manuel Tello, supuso que la enfermedad que a su padre le retenía en cama era causada por un hechizo de esta mujer. Tello se dirigió a la casa de la “bruja” para que quitase a su padre la enfermedad. Ella se negó y el muchacho, enfurecido, echó mano a un arma de fuego que llevaba consigo y disparó un tiro dejándola herida. Tello también disparó al marido de la mujer y salió rápidamente en persecución de la “hechicera”, que había logrado huir arrojándose por una ventana.

En una calle próxima Manuel Tello encontró a la “hechicera” y haciendo uso de un puñal le dio dos puñaladas, a causa de las cuales falleció a los pocos momentos.

  • Texto extraído del libro de José Antonio Adell y Celedonio García: Brujas, demonios, encantarias y seres mágicos de Aragón. Editorial Pirineo, Huesca, 2008 (6ª edición).

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El Bandolerismo en los Monegros

El Bandolerismo en los Monegros

Alcubierre, lugar de nacimiento de “Cucaracha” (Foto: C. García)

  Publicado en “Alacay”, Publicación de Cultura Tradicional Aragonesa de la Agrupación Folklórica Santa Cecilia. Mayo-Agosto 1998 - Nº 6 - Año III

José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

      Algunos textos de extranjeros que atraviesan Aragón en el siglo XIX nos muestran las luchas feroces motivadas por las guerras carlistas, que hacen proliferar partidas de bandoleros, a veces camuflados de facciosos.

    A finales de siglo todavía se presenta este país poblado de bandoleros, sin duda una imagen distorsionada y adornada de paños románticos, pero no exenta de base real. Asaltos de diligencias, fisonomías de mal agüero, compañías de guardias encargados de vigilar los caminos y perseguir a los ladrones (“miñones”), o las numerosas cruces de madera (se las llamaba “milagros”) que crecían por todas partes indicando el escenario de un asesinato, justificaban los relatos románticos.

    El país se vio azotado por el cólera, los bandidos y la guerra civil. A diario se vivían atroces escenas en las que el hombre desataba todas sus pasiones asesinas de la manera más feroz. Aunque estas acciones no resultaban nada novedoso; como señalaba Charles Didier (1836), en España todos los partidos, por turno, se han manchado sus manos en sangre.

    Las discordias políticas, condimentadas con el estado social y económico, y favorecido por los rasgos orográficos, que caracterizan la sierra de Alcubierre, fueron, en efecto, un excelente caldo de cultivo del bandolerismo en los Monegros.

    Cenac-Moncaut (1860) contrastaba la rica e industriosa Cataluña con Aragón: “Aragón os ofrece su aridez, su aspereza, todos los rasgos de la pobreza y de la incuria. Se siente uno en el fin del mundo”. Esta tierra estaba salteada de míseros poblados casi abandonados, en los que la despoblación provocó, la existencia de numerosos vagabundos. Cenac-Moncaut escribía: “Ved unos campesinos andrajosos trabajando en un campo lejano; llevan un fusil a la espalda. ¡Qué veo ahora en el recodo de un sendero!; un hombre a caballo, acompañado por otro que lleva un trabuco... Será un bandido y su compinche; no, es un señor que tiene miedo”.

    Esta situación la podemos comparar con las abundantes noticias que sobre el bandolerismo se publican en esta época. Popularmente un bandolero, el Mariano Gabín, apodado “Cucaracha”, destacará entre todos. Su “reinado” por tierras de los Monegros perduró entre 1870 y 1875; su fama estaría bien justificada y quizá por ello se convirtió en el más representativo.

    Antes ya habían surgido otros célebres bandoleros. Después del “Cucaracha” el bandolerismo también volvió a campear por la sierra de Alcubierre, aunque teñido con los tonos fantásticos de la sombra de Mariano Gabín.

    El 13 de febrero de 1861, el Diario de Zaragoza, daba a conocer que la policía había hecho presos en Zaragoza a dos famosos bandidos que tenían aterrados todos los pueblos de la Sierra de Alcubierre y del Somontano, y en persecución de los cuales habían estado constantemente varias partidas de la guardia civil. Con la captura se levantaron los somatenes A los ladrones se les ocupó siete mil reales, dos pistolas y dos navajas.

Mariano Gabín, “Cucaracha”

    Mariano Gabín Suñén, apodado "Cucaracha", de pequeño fue pastor; llevaba el ganado hasta la montaña. De él se decía que era holgazán. Le gustaba más la caza furtiva que cultivar los campos; huroneaba, colocaba lazos y cuando no cazaba con escopeta. Andolz recoge un refrán de esta comarca que justifica el camino que siguió: "De cazador a ladrón, no va más que un escalón".

     Probablemente la lucha por la subsistencia y la creencia de que en el monte o al margen de la ley viviría mejor, en una sociedad en la que la mayoría malvivían al servicio de unos pocos ricos, influyera en la decisión de Mariano Gabín para tomar el camino del bandolerismo.

    Fue ladrón, aunque también se hizo popular el dicho de que "Cucaracha quita dinero a los ricos y da a los pobres". Se cuentan algunas anécdotas sobre este hecho, pero también existen muchos relatos de su mal proceder: en abril de 1874 pidió al propietario de Alcubierre José Calvo Ayerbe una gran cantidad de dinero y como no se la dio incendió una paridera de su propiedad. Varios vecinos del pueblo acudieron a apagar el fuego y cuando ya regresaban a sus casas fueron asaltados por el "Cucaracha", robándoles el dinero que llevaban, las armas y las caballerías, dándoles un nuevo encargo dirigido a Calvo para que entregara la cantidad pedida.

     Durante cinco años "Cucaracha" fue el terror de la comarca; de él se cuentan numerosas historias, muchas fantaseadas por la admiración popular; la misma que le ocultó en ocasiones, hasta que el 28 de febrero de 1875 fue herido mortalmente por la guardia civil en la paridera de Lanica.

    Según una versión recogida por Rafael Andolz, "Cucaracha" se hizo amigo de Juan Ardid Jordán, que poseía un campo junto al suyo. Un día tenía hambre y con Juan Ardid fueron a robar un cordero, pero fueron descubiertos. "Cucaracha" disparó, dejando moribundo al pastor, y decidieron no volver a Alcubierre. Camino de Lanaja alcanzaron a un muchacho que iba con un borrico cargado, al que preguntaron:

         -¿A dónde vas, muchacho? 

        -Pues voy ta Castejón pa vender esta sal.

         -¿Y qué dinero llevas?

         - Pues ochenta pesetas.

    Cucaracha amartilló la escopeta amenazadora:

         - Tráelas si quieres seguir vivo.

    El rapazuelo se las entregó a Juan Ardid;

         -¿Nos conoces?

         -Sí señor, son de Alcubierre. Mi madre es de allí y he estado bastantes veces. El chaval, tras la mirada de Mariano y Juan, adivinó que había hablado demasiado y huyó despavorido. "Cucaracha", que no podía disparar porque estaban muy cerca del pueblo, le lanzó una piedra, alcanzándole la cabeza. El chico, moribundo, aún pudo contar lo sucedido. Ambos marcharon a Francia (primavera de 1864), pero al cabo de una semana Mariano volvió a la sierra de Alcubierre.

    Según otro relato recogido en Lanaja, Mariano Gabín se fue a trabajar a Francia. Cuando había reunido un poco de dinero, lo mandó a su mujer con un amigo, pero éste en vez de dárselo se lo quedó. Cuando Mariano regresó de Francia resolvió el asunto matando al “amigo”.

    "Cucaracha" pronto encontró compañeros. La cuadrilla llegó a contar con medio centenar de bandoleros.

    El primer reclutado fue Antonio Sampériz Peralta "El Cerrudo" (moriría con "Cucaracha" en el corral de Lanica). Otros: Agustín Alamán Corvinos "Farineza" (se convirtió en segundo jefe). "El Villanueva", de Villanueva de Sigena (se denominaba la pandilla de Cucaracha y Villanueva). "De Diego", "Magencias", "El Víbora" (exguardicionero de Alcolea), Juan Andrés, "Mayarito", Marcelino Berdeber (sastre de oficio)... La mayoría acabaron muertos o capturados.

    Habitualmente actuaban rodeando un corral, mataban varias ovejas y daban al pastor las pieles con una nota pidiéndoles una cantidad de dinero.

    Algunos pastores eran amigos y confidentes, pero hubo otros que aprovecharon esta forma de actuar para celebrar alguna comilona echando las culpas a "Cucaracha". Se cuenta que "Cucaracha" cortó una oreja a Mariano Berdún para escarmiento por actuar de esa manera.

    Odiaba a los ricos y por ello pasó a la historia como el bandolero que robaba a los ricos para dar a los pobres. En más de una ocasión llevó de comer a los jornaleros y mandaba notas a los amos para que alimentara mejor a sus criados.

    Una muestra de este proceder es el suceso más divulgado y popularizado en los Monegros: Iba un día un chiquillo a moler a Alcubierre. Su padre le había dado sólo dos pesetas para que no se las quitara "Cucaracha". El bandido le vio venir desde su escondite, salió a él y se entabló el siguiente diálogo, según lo relata Andolz:

         -¿Llevas dinero, chico?

         -No, señor, que mi padre me ha dicho que no me lo daba porque somos pobres y si me lo quitaba "Cucaracha"...

    Hizo gracia al bandido la ingenua sinceridad del muchacho, echó mano y le dio dinero, diciéndole:

         -Pues toma dinero y dile a tu padre que "Cucaracha" quita dinero a los ricos y da a los pobres.

    "Cucaracha" hizo muchos robos y secuestros para obtener dinero. Uno que tuvo gran trascendencia fue el de Juan Ruata, un mes antes de que muriera en el corral de Lanica.

    En otro golpe se aprovechó de la situación política de la época. En su cuadrilla tenía a un sastre, Marcelino Berbeder, le mandó confeccionar uniformes carlistas y formaron una cuadrilla de guerrilleros con la intención de dirigirse a Farlete; allí fueron recibidos con entusiasmo, pero cuando se quisieron dar cuenta los bandidos ya habían arrasado la población.

La muerte de Cucaracha

    Según la versión de la muerte de "Cucaracha" que recoge Andolz, estaba "Cucaracha" en el corral de Lanica con varios miembros de la banda esperando el vino que debía traerles el zagal de Maza. En Lanaja, el teniente de la guardia civil, con unos cuantos civiles, el alcalde, el boticario y algunos concejales, tramaron la idea de envenenar el vino. Aleccionaron al zagal de lo que tenía que hacer (vomitar), ya que se lo harían probar primero. Bebieron, dándose cuenta de que estaba compuesto, y entonces se presentaron los civiles matando a todos.

     En el Extracto de las Partidas de Defunción aparecen los nombres de los fallecidos el 28 de febrero de 1975: Mariano Gabín Suñén (Cucaracha) de 37 años, natural de Alcubierre; Antonio Sampériz Peralta, de 38 años, de Lalueza; José Bernad Rivas, de 38 años, de Belver; Melchor Colomer y Ferrer, de 32 años, de Osso, y José Solanilla y Lacambra, de 35 años, natural de Palo.

     En una carta publicada unos días después de su captura en El Diario de Zaragoza (8 de marzo de 1975) se relataba detalladamente el acontecimiento de los hechos:

    Vicente Lafuente y Pueyo, teniente de la guardia civil, sólo hacía 17 días que se hallaba al frente de la fuerza destinada para la persecución de "Cucaracha" y su cuadrilla, y en tan pocos días dio con las madrigueras y acabó con el tristemente famoso criminal.

    "El 27 del pasado salió esta fuerza, dividida en dos grupos, en dirección a la sierra, y en la mañana del 28 se dirigieron hacia el punto denominado Peñalveta; serían las dos de la tarde, cuando al llegar a la paridera de Lanica, en el término municipal de Lanaja, la pareja que iba de avanzada, miró por la pared del corral y distinguió a uno que estaba cosiendo y a su lado había un arma; examinando un poco más, vieron diferentes armas en un rincón. Esto fue bastante para creer que eran los bandidos; agitó uno de los guardias el pañuelo y los demás rodearon el corral, dando la voz de: ¡Alto a la guardia civil, rendíos y no se os tocará! Cucaracha cogió su Berdam, armó la bayoneta y se lanzó a puerta; los demás también cogieron sus fusiles y se lanzaron a la pelea. Entonces los guardias dispararon sus armas, hiriendo de muerte el jefe de los bandidos. A la media hora acabaron con todos".

    La noticia corrió con velocidad y al día siguiente los caminos que conducen a Lanaja se veían cubiertos de gente deseosa de conocer al que por cinco años ha llenado de pavor a estos habitantes.

    Los cadáveres permanecían tendidos en medio de la plaza. El aspecto de "Cucaracha" era seco, delgado, con bigote recortado y mal vestido; de los cinco era el que peor vestía y el más desaliñado.

    Fueron ocupados los efectos siguientes: tres pistolas, un revólver, tres grandes cuchillos, dos puñales, tres fusiles, una escopeta de dos cañones sistema Lafoucheaud, un Remington, cinco fusiles Berdam y Remington, un quepis, una corneta, barbas postizas y una solicitud muy bien redactada y de muy buena letra, escrita en papel sellado dirigida a S.M. el rey D. Alfonso XII y en la cual le pedía "Cucaracha" que se le indultara de toda pena y se le dejara ir libremente a su casa. Además, una carta sin concluir que iba dirigida al ayuntamiento de Alcubierre.

    Según se informaba en la carta, "los semblantes de las gentes de Lanaja declaran alegría, ya que se había llegado al punto de no poder habitar estos pueblos; todo estaba abandonado porque los labradores no podían acudir a sus fincas".

Bandidos de la banda de “Cucaracha” antes y después de su muerte

    "El Villanueva" es herido de fusil (muere) de la guardia civil el 18 de julio de 1873.

    Juan Andrés y nueve compañeros más fueron capturados por la guardia civil el 10 de mayo de 1874 en Lanaja.

    Marcelino Berbeder, el sastre, y otros seis bandoleros son capturados en Sariñena el 18 de mayo de 1874.

    El 22 de junio de 1874 son hechos prisioneros en Alcolea de Cinca otros cinco bandidos.

    Isidro Berber, Francisco Larroy Ferrer y Joaquín Ollés Cuadrado, son detenidos el 22 de julio de 1974.

    Manuel Miró (a) “el Cigarro”, caía en Ballobar el 26 de agosto de 1874, confidente de “Cucaracha” y terror de aquella población. Otros tres bandidos que se habían escapado son hechos prisioneros en Ontiñena el 31 de agosto de 1874.

    Miguel Señar, alias “de Diego”, muere en Belver el 27 de noviembre de 1875 tras herir a un guardia civil.

    "La Víbora" (exguardicionero de Alcolea, considerado el más terrible de los bandidos de “Cucaracha”), que se había fugado de la cárcel de Fraga, fue detenido en diciembre de 1875.

    "Mayarito"? muere el 28 de diciembre de 1875 en Belver.

    Eugenio Berdún Otal es apresado en su casa de Sariñena en 1876.

    Demetrio Durango es capturado el 2 de junio de 1876. Al intentar huir cerca de Grañén la guardia civil hace fuego causándole la muerte.

    Por la ribera del Cinca (especialmente Zaidín) se producen quejas por los desmanes provocados por veteranos bandoleros. Se dan los últimos golpes.

    "Farineza" todavía colea en 1879.

    Antonio Salvador (a) "Mayarito" muere despeñado tras una lucha con un vecino de Gelsa que quería robar (hacía el número once de los que habían muerto).

    Agustín Alamer Corvinos (a) "Farineza", segundo jefe de la partida de "Cucaracha" es apresado en Biescas (había desaparecido tras la muerte de Cucaracha).

Otros bandoleros

    Tras la muerte de “Cucaracha” junto con otros cuatro miembros de la banda, aparecen noticias de distintos lugares de los Monegros lamentándose de los numerosos sucesos y acuñando la repetida frase: “Estamos peor que en tiempos de Cucaracha”.    La pandilla de “Cucaracha” se desperdigó, agrupándose un pequeño número en la Sierra de la Carrodilla (ocho o diez), en las inmediaciones de Benabarre.

    Blasco de Osso, apresado en diciembre de 1875, se fugó y formó una banda de 10 hombres, moviéndose por la sierra de la Carrodilla.

    En julio de 1875 cuatro bandoleros asaltaron en el barranco del Cuervo, término de Alfajarín, a cuatro que pasaban por allí. Uno de los bandoleros dijo ser sobrino de “Cucaracha” y vengador de su tío.

    "El Manco", natural de Villanueva de Sigena, actuó en los términos de Castejón y Pallaruelo.

    "El Peluca", fue herido en las balsas de La Almolda y murió poco después.    Un bandolero llamado Callizo se fugó de la cárcel de Tardienta y en septiembre de 1889 capitaneaba una partida de bandoleros que actuaba por los distritos municipales de Bergua, Sobás, Fiscal Fablo y Guillué.

    En agosto de 1890, Fraga estaba presa del bandolerismo; los ladrones campeaban a su gusto y hasta se organizaban en cuadrilla.

    A mediados de 1896 (14 julio) la guardia civil del puesto de Sena disolvía otro conato de pandilla, capturando a Antonio Campos (capitán de la cuadrilla), Fernando Benavente y Juan López.

Secuestro de Mariano Marcellán

    El 14 de julio de 1880, el Diario de Avisos de Zaragoza, publicaba la noticia del "Secuestro de Mariano Marcellán", cuyo texto reproducimos:

    "A las siete de la noche fue secuestrado anteayer en la sierra de Lanaja el vecino de esta villa, D. Mariano Marcellán. El hecho tuvo lugar a la sazón en que se hallaba el propietario referido en uno de sus campos, acompañado de un solo dependiente. Los dos ladrones que le intimaron la rendición y que le dispararon un tiro, aunque, por fortuna, sin herirle, se supone que son los que vagan hace un mes por la sierra de Alcubierre.

    Una vez apoderados los ladrones del Sr. Marcellán, enviaron a su criado con una carta, para que la familia de aquel entregase como precio de rescate seis mil duros. Según nuestras noticias, pudo al fin conseguirse su libertad a la mañana siguiente, mediante la entrega de seis mil reales.

    Esta es la segunda vez que el propietario referido ha sido secuestrado en la mencionada propiedad, según carta que nos envía nuestro corresponsal de Lanaja".

    Este suceso ocupó a varios corresponsales del citado diario durante un mes, dando noticias del temor que se sentía desde Lanaja, Alcubierre, Poleñino, Castejón de Monegros, Lalueza..., porque el bandolerismo se había enseñoreado en esta comarca “como en los tiempos del tristemente célebre Cucaracha”.

      Los bandoleros que tenían amedrentados a estos pueblos procedían principalmente de Lanaja, donde, según decían, tenían el más decidido apoyo.

    Los rumores sobre los bandoleros se fueron extendiendo y creciendo, de tal modo que algunos llegaron a pensar que los malhechores no existían más que en la imaginación de la gente pusilánime. Los relatos sobre sus acciones, poco contrastados y algunos falsos, fueron circulando por toda la comarca.

    La guardia civil y el somatén salieron en persecución de sospechosos, pero todas las intentonas fueron fallidas. El 9 de agosto de este año los pueblos de Marcén, Fraella, Lalueza, Poleñino y Capdesaso, junto con la guardia civil de Lanaja y Alcubierre dieron una batida de más de un centenar de hombre por los puntos en los que podían encontrarse los criminales.

     En esta persecución se echó en falta la presencia del pueblo de Alberuela de Tubo con su alcalde, bajo frívolo pretexto, y se dio una lección a los alcaldes de Lanaja y Alcubierre, con cuyo apoyo se tenía la seguridad de que rápidamente desaparecerían los secuestradores.

    Las batidas debieron tener un efecto positivo, puesto que ya no se volvió a hablar más de estos bandoleros. Sin embargo, la existencia del bandolerismo por la comarca todavía perduraría hasta entrado el siglo XX, según comprobamos en las noticias que a finales de 1906 aparecen en la prensa, señalando la existencia de bandoleros monegrinos, especialmente una partida localizada en Pallaruelo de Monegros.

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Bandidos del siglo XIX por el Alto Aragón

Bandidos del siglo XIX por el Alto Aragón

 

Bandoleros aragoneses

Por José Antonio ADELL y Celedonio GARCÍA

Publicado en Diario del Altoaragón, 10 de Agosto de 2005

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     La situación política, económica y social de la España del siglo XIX fue determinante para que algunas personas desencantadas se echaran al monte. Muchos de estos personajes son los denominados “bandoleros románticos”.

     Por el Alto Aragón se repitió el mismo fenómeno extendido por España. Surgieron bandoleros como “Cucaracha”, “Chichón”, “Tasán”, “Bondades” y otros muchos. Eran admirados y temidos por el pueblo. Sus aventuras circularon de boca en boca hasta convertirse en personajes de leyenda.

     Popularmente se decía que “robaban a los ricos para dar a los pobres”, y, realmente, en muchos casos era así, puesto que a los pobres poco podían robarles.

     Diversas causas influyeron para que tomaran la senda del bandolerismo. La propiedad de las tierras estaba concentrada en pocas manos, tal como refleja la siguiente copla:

     En el cielo manda Dios,

     y en la tierra los gusanos;

     en el pueblo de Lanaja

     Bastaras y Juan Mariano.

     Las malas cosechas obligaban a muchos hombres a emigrar. Si no había trabajo tampoco podían comer y la emigración era para muchos la única salida digna.Robres y Alcubierre dicenque se quieren emigrar,Lanaja se esta muriendode sed y no hay que dudar.

     A estas causas habría que añadir la falta de moralidad en una sociedad en la que la enseñanza y educación era deficiente; las guerras carlistas, que asolaron el país durante el siglo XIX, el auge de las ideas socialistas y anarquistas, la repercusión romántica del bandolerismo andaluz, el alto índice de delincuencia, etcétera.

     Los bandidos aprovecharon los terrenos abruptos, como de la sierra de Alcubierre, por donde se escondía el más popular de Aragón, Mariano Gabín, más conocido por el apodo de “Cucaracha”, y toda su cuadrilla.

     Mariano Gabín, nació en Alcubierre y durante cinco años (1870-1875) aterrorizó a los pueblos próximos a la sierra. Su cuadrilla contó con más de cincuenta bandoleros, además de un centenar de cómplices y espías que le informaban puntualmente de todo lo que sucedía por la comarca. Murió el 28 de febrero de 1875 en un enfrentamiento con la Guardia Civil, en el corral de la “Anica”, en Lanaja, con cuatro de su banda: “El Cerrudo”, de Lalueza; “El Molinero de Belver”, “El Herrero de Osso” y José Solanilla Lacambra, natural de Palo.

Bandidos por el Pirineo

     En el Pirineo predominó otro fenómeno social, el del contrabando. Los enfrentamientos que en ocasiones mantenían los contrabandistas con los carabineros los convertían en auténticos bandidos.

     No obstante, algunos bandidos recorrieron tierras pirenaicas. El 30 de marzo de 1870, una cuadrilla de malhechores cometió un horrendo crimen en Benabarre. Robaron y acabaron con la vida del abogado Mariano Serrado y de su mujer Josefa Pallás.

     El plan se fraguó en la casa de Jaime Ibarz, apodado el “Conco”, en varias reuniones a las que asistieron, además del citado “Conco”, Mariano Encuentra, Antonio Mateo Blanco, Domingo Farré (a) el “Catalán”, Joaquina Perisé y Teresa Borrás.

     En mayo de 1872, otra cuadrilla de una docena de malhechores había proyectado un plan para robar en Lasieso. Uno de los encausados en el suceso fue Luis Guinda, apodado “Salero”, de Biel, que junto con sus hermanos Faustino y Juan Antonio capitanearon una cuadrilla que actuó durante varios años por las Cinco Villas y prepirineo.

     Otro robo famoso se perpetró en abril de 1878 en la casa consistorial de Canfranc. Se llevaron seis mil pesetas. Los presuntos autores, Pedro Callizo, Juan Antonio Garcés y Pedro Ladomega, fueron detenidos poco tiempo después por la guardia Civil.

     En septiembre de 1889 Andrés Callizo capitaneó una pequeña banda por los municipios de Bergua, Sobás, Fiscal, Fablo y Gillué. Callizo se había evadido con otros tres presidiarios de la cárcel de Tardienta. Fue capturado en marzo de 1890 por los carabineros del puesto de Bujaruelo.

     Los ladrones en cuadrilla volvieron a actuar en Abella. Los hechos sucedieron el 23 de agosto de 1891 mientras el cura párroco celebraba misa. Cinco bandoleros, enmascarados y armados de trabucos obligaron al cura a despojarse de sus vestiduras y le acompañaron a su casa para robarle más de mil duros de oro, mientras los fieles permanecían encerrados en la iglesia. Luego volvieron y sacaron a otros propietarios del pueblo, exigiéndoles 15.000 más, bajo la amenaza de ser degollados.

     Los presuntos ladrones fueron detenidos en Barcelona. Se consideraba cabecilla de la cuadrilla a Joaquín Torradillas Espulga, licenciado de presidio, natural de de Peralta de la Sal. Le acompañaba su primo José Torradellas Miranesa y Sebastián Pallás Serra, ambos vecino de Peralta, Rafael Morancho, de La Val de Lierp, y Joaquín Bares Porquet, de Alcampel. Se pensaba que eran los mismos autores de otro robo al cura de Betesa.

     En esta misma época se hacía famoso por las proximidades de Monrepós “Chichón de Nueno”. Melchor y Tatón, de Linás de Broto, imponían su ley en su comarca. En Ansó estaba el “Tío Camilo”, etcétera.

     A principios del siglo XX recorría los Pirineos la cuadrilla capitaneada por Ignacio Calefón, más conocido por el apodo “Bort de Llagotas”. Se había fugado en dos ocasiones de prisión y tenía su centro de operaciones en Montanuy. Y en Santorens actuaba Antonio Garreta, natural de Arén.

     Entre Longás y Luesia se halla la cueva en la que se escondía el “Tío Chaparro”. Era un buen trabajador, pero tenía fama de salir a los caminos a atracar a la gente. Se cuentan muchas historias de él. Murió en la cárcel en un enfrentamiento con su compañero de celda.

Por la Hoya, Somontano y Litera

     Por estas comarcas realizaban incursiones otros bandidos que tenían su centro de operaciones por los Monegros, como “Cucaracha”, o por las sierras de las altas Cinco Villas, como los “Saleros”.

     Estas actuaciones coincidieron con la Tercera Guerra Carlista, una época en la que los robos y asaltos se acentuaron por la escasez de guardias, ocupados en la persecución de los carlistas. En septiembre de 1874 varios ladrones tenían alarmados a los pueblos próximos a Almudévar, hasta que el médico de Almudévar y otro vecino de la villa detuvieron a uno de ellos.

     No conocemos todas las circunstancias que motivaron sangrientos sucesos, como el asesinato de cinco pastores en 1879 en el término de Almudévar. Por estos hechos fue encausado José Oliván y otros cómplices.

     Unos años antes, el 4 de noviembre de 1859, moría en el patíbulo levantado en Zaragoza, ante un inmenso gentío, Agustín Izquierdo y Pardo, natural de Huesa, de 28 años de edad, casado y autor de un homicidio cometido el 31 de julio de 1859.

     A finales de febrero de 1877 una cuadrilla de malhechores vagaba por los carrascales de Arascués, a pocos kilómetros de Huesca. En su persecución salió a primeros de marzo un piquete de la Guardia Civil.

     Un famoso bandido de Belchite, Bernardino Val, más conocido por el apodo de “Calzapreta”, fue apresado en Huesca el 14 de marzo de 1890. Se había asentado en la capital altoaragonesa, tras cambiar de vida por la presión que ejercía sobre él la Guardia Civil en su comarca de origen.

     A principios del siglo XX fueron detenidos Pascual Oliván, de Montmesa, y Esteban Atarés, de Almudévar, acusados de asalto en despoblado en los montes próximos a Ayerbe.

     En Barbastro nació un personaje curioso, Luis García, al que en Daroca pusieron el apodo de “Diablo Royo”. En 1835 marchó a Zaragoza y se unió a la partida del “Chorizo”, un bandolero urbano. Este año participó en el asalto a los conventos, distinguiéndose por su ferocidad. Se hizo dueño de las propiedades de la iglesia de Daroca y Monasterio de Piedra. Según el padre Beltrán, le sacaron el apodo por su genio violento, repugnante figura y por quemar muchas obras de arte para extraer la plata.

     Muchos sucesos fueron cometidos por malhechores desconocidos. A mediados de noviembre de 1870 los ladrones saltaron y robaron en Castillazuelo la casa de recaudador de contribuciones.

     Pocos sucesos fueron tan horribles como los crímenes cometidos el 2 de marzo de 1871 en Siétamo. Aquel día, fueron encontrados asesinados los cuerpos de Clemente y Eugenio Viñuales en la partida del monte de Val de Rey. Al rato, debido a la tardanza de otros dos jóvenes pastores que guardaban un rebaño, propiedad de Antonio Casamayor, salieron a buscarlos y los encontraron también asesinados a cuchilladas y puñaladas.

     Por la zona oriental actuaba “Tasán de Santistebe”, natural de San Esteban de Litera y coetáneo de “Cucaracha”. Fue un personaje real que ha pasado a formar parte de la leyenda. De él se narran muchas historias y se dice que “Tasán robaba a los ricos para dárselo a los pobres”.

     Por la misma comarca, a finales de septiembre de 1874 los voluntarios “Guías del Alto Aragón” hicieron prisionero en Calasanz a Antonio Aguilar. Había capitaneado una partida de ladrones que había robado en Castillo del Plá. Aguilar se autodenominaba carlista. Al tratar de escapar le dispararon y murió. En una casa próxima a la de Aguilar practicaron un reconocimiento y al levantar un montón de paja larga con las bayonetas hirieron en un hombro al cura del pueblo, que estaba escondido entre la paja y disfrazado de pordiosero.

     Al año siguiente se movía por la Sierra de la Carrodilla el imitador de “Cucaracha” Blasco de Osso. En diciembre de 1875 se había fugado y formó una banda de diez hombres.

     A comienzos de 1882, una partida de doce malhechores, capitaneada por un tal “Perdigana” actuaba por los alrededores de Barbastro. Era natural de esta comarca.

     Ya en el siglo XX, el 25 de julio de 1901 era detenido en las afueras de Barbastro “El yerno de la manta” por el intento de robo de caballerías en Bierge, durante la noche del 16 del mismo mes.

Por los Monegros y el Cinca

     En estas comarcas todavía se rememoran las hazañas de “Cucaracha” y su cuadrilla. Otros bandidos le habían precedido en la comarca y el fenómeno del bandolerismo todavía perviviría hasta comienzos del siglo XX.

     A mediados del siglo XIX, Joaquín Soler, más conocido con el apodo de “Chistavis”, tenía atemorizado todo el “país” de Sijena, donde había cometido numerosos robos y secuestros por cuya libertad exigía importantes rescates. Se habían destinado veinte guardias civiles en su persecución y los pueblos se habían levantado en somatén. El 20 de abril de 1860 fue detenido en la posada de la Concepción de Zaragoza.

     En Villanueva de Sigena nació Ramón Lordán (a) “Villanueva”. Se unió a “Cucaracha”, cuya banda en los comienzos se denominó de “Cucaracha y Villanueva”. Fue herido mortalmente por la Guardia Civil en una cueva situada en el monte de Juvierre, término de Castejón de Monegros, el 18 de julio de 1873.

     Otros miembros de la cuadrilla de “Cucaracha” fueron: Juan Ardid Jordán, de Alcubierre; “El Tuerto de Capdesaso”, que se ocupaba de escribir a los labradores exigiéndoles cantidades bajo amenaza de quemarles las mieses, fue detenido el 13 de julio de 1873 por estar implicado en el asalto a Farlete; Juan Andrés, capturado por la guardia Civil en Lanaja, junto con otros nueve compañeros, el 10 de mayo de 1874; Marcelino Berbeder (a) “El Sastre”, capturado en Sariñena, junto con otros seis bandoleros, el 18 de mayo de 1874; Isidro Berber, Francisco Larroy Ferrer y Joaquín Ollés Cuadrado, capturados el 22 de julio de 1874; Eugenio Berdún Otal fue apresado en 1876, en su casa de Sariñena; Demetrio Durango murió tiroteado por la Guardia Civil al intentar huir cerca de Grañén, el 2 de junio de 1876; Antonio Salvador (a) “Mayadito” murió despeñado mientras luchaba a brazo partido con un vecino de Gelsa al que quería robar; “Farineza”, que había sido segundo jefe de “Cucaracha”, fue detenido en 1879.

     Unos cuantos miembros de la banda de “Cucaracha” eran originarios de la ribera del Cinca. A esta zona se desplazaba cuando la persecución de la Guardia Civil le presionaba por la sierra de Alcubierre.

     Manuel Miró (a) “El Cigarro”, confidente de “Cucaracha” era el terror de Ballobar. Murió en esta población el 26 de agosto de 1874. Antonio Senar (a) “De Diego” moría en Belver el 27 de noviembre de 1875, tras herir a un guardia civil.

     El “Guardicionero de Alcolea”, también conocido como “La Víbora” y encargado de aplicar los castigos y torturas a los traidores, se fugó de la cárcel de Fraga y fue detenido en diciembre de 1875.

     La muerte de “Cucaracha” no supuso la desaparición del bandolerismo en Monegros y ribera del Cinca. Algunos individuos de su cuadrilla siguieron actuando y también surgieron otros imitadores, como “El Manco”, natural de de Villanueva de Sijena, que actuó en los términos de Castejón y Pallaruelo, o “El Peluca”, que fue herido en las balsas de La Almoda y murió poco después.     A finales de marzo de 1877 el desertor de presidio conocido con el nombre de Guardiola, capitaneaba una partida de doce ladrones en el término de Ballobar.

      Otro personaje curioso, al que le acusaban de crímenes y fechorías, era Ramón Argensó, apodado “Balagueró” o “Bondades”. El apodo lo dice todo, era, al parecer, una buena persona. Le acusaron de un crimen que no cometió. Actuaba por la comarca de Fraga. Algunas noches dormía en Torrente y hasta se atrevía a entrar en las casas de juego de Mequinenza. Fue capturado en noviembre de 1891 en territorio de Lérida por la Guardia Civil. Se hizo más célebre por las dificultades para capturarlo que por sus fechorías. Con motivo de su persecución fueron muertos inocentemente dos pobres navateros de Laspuña.

     La Guardia Civil del puesto de Sena detuvo el 14 de julio de 1896 a Antonio Campos, capitán de una pandilla, imitadores de “Cucaracha”, junto a Fernando Benavente y a Juan López.

     A comienzos del siglo XX los bandidos continuaron alarmando a las gentes de estas tierras. El 16 de agosto de 1906 el temor se acentuaba por los pueblos de la ribera del Cinca, debido a la evasión de la cárcel de Fraga del criminal Manuel Cazador, natural de Torrente. Sus fechorías recordaban a Manuel Casas y Fullola, natural y vecino de Torrente de Cinca, que en 1871 fue procesado junto con otros por robos en despoblado a Policarpo Serra, Mariano Atbala y Agustín Carrera.

     Al poco tiempo, en noviembre de 1906, el somatén capturaba en Albalatillo a Tomás Tagueña Alcolea, capitán de una partida de ladrones que actuaba en el término de Pallaruelo de Monegros. A la misma banda pertenecía “Marraco”, alias de Manuel Pérez, ex-carabinero de Ansó.

     También a finales del año 1906 pululaba por los Monegros Julián Irribarren, el jefe de una cuadrilla de bandoleros. Se había ocultado durante dos días en la masada de “Cajocuba”, término de Senés. Los labradores, amenazados de muerte, guardaron silencio.

     El bandolerismo todavía permanecería activo durante la primera década del siglo XX.  

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N'ha fet més que Cassola

N'ha fet més que Cassola

http://www.terra.es/personal/bielsa/lladres/cassola.htm

A Celedonio García y José Antonio Adell por sus "Historias de bandoleros aragoneses"
Lola Bielsa Masdeu "Sabata" 

Felip Bes Saun, Cassola, va nàixer a Batea lo 14 de setembre de 1.833, poc abans d'encomençar la primera guerra carlista. Fill de Maria Saun i Miquel Bes, destacat voluntari lliberal que va defensar Gandesa dels permanents atacs carlistes.

D'ell o de su pare se parle a:- Notícia d'història de Gandesa, Joan Baptista Manyà. Impremta Algueró, Tortosa, 1.963.
- Els setges de Gandesa i el castell de Móra d'Ebre, (1836-1838). Artur Blade i Desumvila. Editorial Dalmau, 1970.
- Reculls històrics de la ciutat de Gandesa. Joaquim Vidal i Font. Ajuntament de Gandesa 1.989.
- Historia de la vida y crímenes de Felipe Bes (a) Casola. Tomás Martí, exclaustrat de la Orden de San Francisco. Escrit i editat per encàrrec de la família Figueres. 
"En plena primera guerra Carlista els assetjats a Gandesa no tenien menjar i un component de la companyia de voluntaris de Batea juntament amb 8 voluntaris, anaren a Saragossa a la recerca de menjar i, amb penes i treballs sortiren feliçment d'aquesta aventura...
Però en passar comptes -Miquel Bes, "Cassola"- no queda satisfet de la distribució que en feu el capità D. Pau Figueras i es produí la adversió de casa Casola contra casa Figueras, considerada com a usurpadora de béns del convoi (N.H.G., pàg. 170)... i esclataren els instins vengatius d'un fill de Miquel Bes i vingueren les represàlies... Tot això no eren més que deixalles de la guerra carlina. "
A Felip, de txiquetet li va mossar un ruc que li dixe una cicatrís al làbio. Ere traginer d'ofici. Se'n va anar a Barcelona, va estar tres anys i después torne a Batea. Se ven pa soldat, a una quinta de la reina. L'any 1.856 deserte de l'etxèrcit (guerra de Marruecos). I de València a Tortosa se les apanye sense pagar la fonda. Al desembre va a ca Juan Bautista Figueras -ric comerciant de Xerta- se declare facciós i li demane 800 duros. Lo detenen i el lleven a Tortosa. Té amics que li aiden a futxir pero no ho conseguís. Lo condenen a 16 anys de presó a Barcelona. De Barcelona lo lleven a les obres del Canal d'Urgell, d'allí s'escape enganyant al capatàs i disfrassat, en 30 presos més. Lo detenen i el lleven a Lleida. Se torne a escapar i el 2-3-1861 va a Batea a veure a Pau Figueras, lo lleve als Plans de Caseres, l'estrangule i en dos pedres lligaes al coll lo tire a una bassa. En papers firmats en blanc per Pau li demane a la seua dona -Miguela- 16.000 duros. Ni lleven 3.000. Lo 15 de març se descubrís lo cadàver. S'escape en les ferradures del cavall al revés, se canvie de nom: Federico Estella. L'etxèrcit li interferís una carta dirigida a su txermà, a on li divee que estae a Sevilla (plegae el paper com si fuere un abanico i escrivie al llom). Dos comisionats lo troben a una fonda, lo detenen i el lleven a Gandesa. Li fan Consell de Guerra per lo d'Urgell i el condenen a que s'ejecuto la sentència a Batea.Lo dia 2 de txuriol de 1861 lo lleven a Batea i el fussilen en lo demà en 4 tiros a la plaça. L'enterren davant de la iglésia, quan tenie 28 anys, pa que el píson tots los que vaen a missa. La seua família, que viu a Gandesa, mai la pise, pa entrar a la iglésia la voltetxe. Tomás Figueras de Batea, fill de Pau, se va casar en Susana, la filla de Miguel Bielsa "Belsa", de Fabara. Molts agüelos de la comarca se saben més o menos de memòria trossos d'este llibret que va editar la família Figueres. Admirat per uns i despreciat per uns altres, la seua vida s'ha convertit en una leienda que ha dixat frasses fetes que formen part de la nostra cultura: "És més lladre que Cassola" 

Tercera Parte

Cargado el ladrón Casola
de grillos y de cadenas
a Gandesa lo remiten
donde un Consejo de Guerra
por los sucesos de Urgel
y heridas del centinela,
sin que faltase ni un voto
a la muerte le condena,
mandando para humillarle
y agravarle más la pena,
se ejecute la sentencia
en su villa de Batea.
Para esto el dos de julio
lo traen desde Gandesa,
y al punto puesto en capilla
veinte y cuatro horas le dejan
de tiempo, para pensar
en su alma y su conciencia.
Tres sacerdotes acuden
para auxiliarle, y encuentran
que el que fiera había sido
ahora es más que fiera.
Le aconsejan confesarse,
y él contesta: No me vengan
con confesiones, ni nada
que a catolicismo huela.
Todas las veinticuatro horas
los sacerdotes alternan
en predicar; pero en vano,
porque Casola les niega
que la Santa Religión
sea más que una tontera.
Hasta los diez mandamientos
que la Ley de Dios ordena,
dice que no son de Dios,
ni de la naturaleza,
sino invención de los hombres
para la esclavitud nuestra.
Si un padrenuestro le piden
que rece con reverencia,
responde ser fanatismo
cuanto prescribe la Iglesia;
y que por eso quince años
hace ya que no reza,
que no ayuna, ni oye misa, 
ni comulga, ni confiesa.
En fin, no habiendo argumentos
ni razones que le muevan
a contricción de sus culpas,
obstinado persevera
toda la noche y entonces
le amenazan y recuerdan
que si muere impenitente
no le concede la Iglesia
tierra sagrada a su cuerpo;
y él sin vergüenza contesta
que eso de la sepultura
es también una tontera,
pues no puede tener más
una tierra que otra tierra...

 Article publicat a "Lo Portal" de Nonasp, nº 95, juliol-agost, 1992.
Lo meu agraïment a Miquel Suñé, ex-batlle de Batea.

Midi: L'atac a Gandesa, Valdeltormo

   Huellas y horizontes    -   @ Lola Bielsa

Chistavín de Berbegal: un héroe olvidado

Chistavín de Berbegal: un héroe olvidado

 

 

 

Lunes, octubre 23, 2006

 

 

 

Publicado en:  http://musairibo.blogspot.com/2006/10/chistavn-de-berbegal-un-hroe-olvidado.html 

Si leemos la prensa deportiva de hoy, 23 de octubre, y la comparamos con la portada de la prensa aragonesa de hace 124 años, en 1882, veremos una cierta semejanza en ellas aunque manteniendo las diferencias propias que el desarrollo del deporte han marcado en el ser humano. El 22 de octubre, de 1882 y de 2006 dos de nuestros deportistas, han vencido a dos mitos del momento en su deporte. Estoy hablando evidentemente, de uno tan conocido como Fernando Alonso en el 2006, vencedor de un mito germánico del automovilismo como Michael Schumacher, y de un Mariano Bielsa, olvidado ahora aunque más conocido en su época como “Chistavín de Berbegal”, que doblegó ese mismo día a un casi invencible Achilles Bargossi, italiano venido a España a ganarse la vida de corrida en corrida.

Con un concepto de deporte muy diferente al de ahora y que como tal, no existía en esa época Bargossi era medio trotamundos, medio aventurero. Un poco artista, un poco titiritero o, como se le llegó a calificar al final, un andarín, Bargossi, junto a su mujer y su hijo, formaban una compañía circense propia, en la que explotaba sus cualidades físicas de excelente andarín para obtener beneficios económicos. Para ello, se desplazaba por los pueblos, lanzando o aceptando apuestas sobre los posibles rivales a vencerle, a veces otros andarines, a veces incluso animales como caballos.

Un anuncio que se insertó en la sección de espectáculos de los periódicos, el 20 de octubre de 1882, convoncando al público, decía así:

"PLAZA DE TOROS DE ZARAGOZA.- Función extraordinaria para el domingo 22. Despedida del primer andarín del mundo Mr.Bargossi; el cual dará 500 pesetas a cualquier corredor que le gane a correr. A las tres en punto. Precios: Tendido de Sol, 4 reales – Id. De Sombra, 2 reales."

Hasta el día 22 de octubre, Achilles Bargossi se declaró invencible, jornada en la que apareció Mariano Bielsa y le derrotó en lo que se consideraba iba a correr la función de despedida del italiano. El lunes 23 de octubre de 1882 todos los periódicos de Aragón y de España reflejaban la derrota de Bargossi frente al aragonés

El Diario de Zaragoza realizó la siguiente crónica reflejada en el libro: “Chistavín, el andarín de Berbegal”, de J.A. Adell y Celedonio García:

 "La celebridad de Bargossi quedó ayer vencida en la plaza de Toros por el joven aragonés llamado Mariano Bielsa y Latre (a) Chistavín, natural del pueblo de Berbegal, provincia de Huesca. Aceptado por éste el anunciado reto del famoso andarín italiano, dieron ambos principio a la carrera en iguales condiciones, habiendo por fin resultado la completa victoria de nuestro paisano, que en 43 minutos dio 81 vueltas por el redondel, equivalentes a 14 kilómetros y 600 metros, mientras que Bargossi en el mismo tiempo no completó más que 79 y media. Con este motivo, recibió el infatigable Bielsa nutrida y entusiasta ovación de toda la concurrencia que, a voz en grito, le llamaba entonces, y hoy le proclama sencillamente y sin estrepitosos bombos, Zaragoza entero, EL VENCEDOR DE BARGOSSI.
Terminda la carrera, le retó Bielsa a emprender enseguida la que separa a esta capital de la de Huesca para ver quién llegaba antes a cenar a esta última población, desafío que Bargossi no aceptó, habiendo quedado, según nuestras noticias, tan mal con su competidor, respecto a la recompensa de 500 pesetas que en los carteles prometió dar el que le venciera, que apelando a subterfugios y estratagemas, entregó sólo a Bielsa 25 duros."

De esa jornada, Bielsa logró un prestigio nacional del que durante 1882 y 1883 fue disputando numerosas corridas por todo el territorio de España logrando buenos beneficios económicos de ellas.

Marín Carbonell, cantó “La derrota de Bargossi” en una de sus colaboraciones en el diario La Derecha, el 27 de octubre de 1882:

¡Oh carrerista de triunfal carrera!
¡Mala la hubiste en la ciudad del Ebro!
Aunque ganen los pies, y no el cerebro,
La derrota es mayor que otra cualquiera.
No es menester adulación rastrera,
No vil lisonja, no falaz requiebro
Y al indomable Chistavín celebro
Con pobre frase y gratitud sincera.
¿Quién venció?... Los estómagos decían:
¿Cómo no acepta un andarín temible
cuando a cenar de gorra le convidan?
¿Vencer a Chistavín... ¡Un imposible!
Vencedor de Bargossi le apellidan:
Como siempre, Aragón es invencible.
Desde Miradas, quiero lanzar un recuerdo para Chistavín, en este aniversario de su gesta y para quien desde su humildad, tuvo que luchar como supo y como pudo para ganarse la vida llevando a su amada tierra aragonesa con todo el amor por todo el territorio nacional.