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García y Adell

Pirineos, tierra de leyenda

Publicado en el “Especial Día de Aragón” del Diario del Altoaragón,
23 de abril de 2009

 

El Pirineo es escenario de historias y leyendas de brujería. La bruja del Museo de Tella es representativa de la mujer mayor que vive sola con sus pócimas y brebajes y a la que todo el pueblo acusa, la mayor parte de las veces sin fundamento, de prácticas brujeriles. Foto: J. A. Adell

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Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

San Jorge está rodeado de leyenda. En la Alta Edad Media surgió el mito de la lucha del santo con el dragón, al que vencerá para salvar a la hija del rey de la Pentápolis. Y hasta se dice que le vieron cabalgar por el cielo sobre un caballo blanco, rodeado de nubes y con un rayo por espada, ayudando al conde de Barcelona, Borrell II.

Vivimos en una tierra de leyendas. Las piedras y montañas nos sumergen en la mitología; nuestros castillos y fortalezas conservan cierto halo de misterio y los seres mágicos pululan por doquier. Nuestra rica historia se entremezcla con originales ficciones. En todas las comarcas aragonesas encontramos un mundo legendario que ha llegado hasta nosotros a través de la tradición oral o de los textos. Sin embargo en los recónditos valles y en los aislados pueblos del Pirineo este mundo mágico adquiere un halo especial.

Pirene y Hércules

Existen varias versiones fantásticas que explican la formación de los Pirineos. Según una de las versiones, Gerión, un gigantesco pastor de tres cabezas, se enamoró de la hermosa Pyrene, hija de Túbal, el mitológico nieto de Noé, y decidió hacerla su esposa. Ante la negativa de Pyrene, Gerión luchó contra su padre y le venció. Pyrene huyó y se escondió en una cueva. Gerión, enloquecido, la buscó y como no la encontró decidió quemar todos los montes. Hércules, que pasaba por la zona realizando los famosos trabajos de los que nos habla la mitología griega, oyó las voces de auxilio de Pyrene y acudió en su ayuda. Pyrene murió en los brazos de Hércules, pero antes de dar su último suspiro pudo contar a Hércules su penosa historia.

Hércules la enterró y construyó un impresionante mausoleo en aquel mismo lugar. Recogió rocas y piedras del monte que había sido arrasado por el fuego y así formó la colosal cordillera, que hoy recibe el nombre de Pirineos en honor a Pyrene.
 
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