La época romántica del ajedrez
DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES
Publicado en el suplemento “Domingo” del Diario del Altoaragón. Domingo 28 de febrero de 1999
Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ
En el siglo pasado los aficionados aragoneses al ajedrez adquirieron tratados y revistas para profundizar en el juego teóricamente. El rector de la Universidad cesaraugustana, don Jerónimo Borau y Clemente, contribuyó al despertar de este juego prologando un librito titulado “Ajedrez”, la traducción que del poema latino de J. Vida hizo Gallifa.
Algunos destacados ajedrecistas de aquella época fueron Lacruz, el general de Benito, los doctores Vidal y Mondría, Ballarín y Angulo, entre otros. Estos aficionados dieron paso a la generación del sabio histólogo don Santiago Ramón y Cajal. Con el Nóbel midieron sus conocimientos sobre el juego los doctores Bruno Solano y Zoel García Galdeano.
También destacaron en el ajedrez otros jugadores contemporáneos de Ramón y Cajal: Pío Cerrada Martín, César Ballarín Lizárraga, Pérez Carrasco y sobre todo los hermanos Emilio y Manuel Ballesteros, que en el torneo de Madrid de 1902 obtuvieron uno de los primeros lugares del torneo.
El ajedrez a comienzos de siglo
José Blasco (1), siguiendo el hilo narrativo de tres autoridades en la materia, José Juncosa Molíns, Luís Mundi Saumell y el doctor Ramón Rey Ardid, dividía la historia del ajedrez zaragozano, en el periodo comprendido entre 1900 y 1950, en cuatro etapas:
I. Romántica o heroica (1900-1920).
II. La invasión de la teoría.
III. Organización (1924-1942).
IV. Época actual (a partir de 1942).
Seguiremos los datos aportados por Blasco Ijazo para completar anteriores artículos sobre el tema.
En la primera etapa la práctica del juego se concentraba en el Casino de Zaragoza o en los tradicionales cafés de la Iberia, Suizo, Matossi, Universo y Europa. Muchos aficionados, sin haber leído ningún tratado sobre ajedrez, alcanzaron notable pericia. No se celebraban campeonatos, pero se mantenía la motivación, el entusiasmo y la rivalidad con frecuentes desafíos amistosos.
En estos centros recreativos se reunían estrategas del ajedrez, como Pérez de Ciria, marqués de Villafranca, conde de Sobradiel, conde de Gabarda, Joaquín Valenzuela Urzáiz, Piñol, Urioste, Segundo López, Ballesteros, Santiago Mínguez, Wladimiro Mundi, Gasque, Dionisio Lasuén, Román Vivente, Zoel García de Galdeano, Rodríguez Lasala y Antonio de Pedro, entre otros.
La visita a Zaragoza de afamados maestros del ajedrez proporcionó el impulso necesario para mejorar su organización. El maestro Albín llegó a Zaragoza en 1910 para jugar una sesión de simultáneas en el Casino de Zaragoza. Al poco tiempo, en 1911, Rodríguez Lasala propuso la organización de un torneo social de esta entidad, el primer torneo jugado en la ciudad. El primer puesto lo obtuvo José Juncosa, seguido de Salvador Piñol, Jacinto Rodríguez Lasala y el doctor Lahoz.
En estos primeros años del siglo residía en Zaragoza el alemán Pits-chell, un brillante ajedrecista que en su país se había enfrentado al campeón mundial Anderssen (1851-1858 y 1866). Pits-chell, con su experiencia, proporcionó sus conocimientos a los ajedrecistas zaragozanos y adoptaron las normas que debían regir las competiciones.
La “Apertura Zaragozana”
El más entusiasta de los ajedrecistas aragoneses, José Juncosa, marchó a Barcelona, donde residía el campeón de España, tomando contacto con él y con los mejores ajedrecistas locales. Después se fue a París y, aunque el ambiente parisino resultaba poco propicio para prosperar en ajedrez, de allí trajo la modalidad de “Apertura Zaragozana”, divulgada por todo el mundillo ajedrecístico.
La sapiencia de José Juncosa adquirida en sus viajes por el extranjero dio al ajedrez un matiz más intelectual. Según Blasco Ijazo, Juncosa difundió entre numerosos entusiastas la afición a estudiar libros de “aperturas” y de “finales” y a realizar un análisis sobre partidas de grandes jugadores.
El regreso de Juncosa marca el inicio de la segunda etapa; a su llegada, Antonio de Pedro patrocinó en junio de 1918 un “match” Golmayo-Juncosa en el Casino de Zaragoza. Entre los triunfos obtenidos por el capitán de caballería Celso Golmayo de la Torriente, destacaba el haberse proclamado vencedor del campeonato del “Club de Ajedrez” de La Habana, sociedad fundada años atrás por su padre en unión de Martínez Carvajal.
El desafío, programado a diez partidas, con la condición de hacer quince jugadas por hora, como mínimo, dio vencedor a Golmayo. Este sería el inicio en la programación de torneos y campeonatos. También aparecieron nuevos grupos ajedrecistas; a comienzos de 1920 surgía en “Club o Grupo Ajedrecista”, con Jacinto Rodríguez Lasala, de presidente efectivo, y Zoel García de Galdeano nombrado presidente honorario. Su existencia fue de corta duración, pero intensa; con el “Grupo Ajedrecista” tuvieron relación los mejores jugadores de España y la práctica totalidad de los más destacados de Aragón: Jaime Balet, Ceferino García, Joaquín Gasque, Manuel Golmayo, Julián Jacobo, Jesús Juncosa, Carlos Lahoz, Abel López, Manuel Mairal, Luís Martínez, Santiago Mínguez, Luís Mundi, Antonio de Pedro, Salvador Piñol, Ramón Rey, Carlos R. Lafora, Jacinto Rodríguez...
Durante este periodo tuvieron especial importancia las “Peñas Ajedrecistas” del Centro Mercantil, Industrial y Agrícola de Zaragoza y la del Principal.
La Agrupación Artística Aragonesa
Con la Sección de Ajedrez de la “Agrupación Artística Aragonesa” comienza la etapa organizativa. Al poco tiempo de su aparición en 1923, una gran polémica enfrentaría a José Juncosa, campeón de Aragón, con la Agrupación Artística, por la convocatoria del Campeonato de Aragón.
En esta Sección de Ajedrez, bajo la dirección de Manuel Alvar y Luís Mundi, se forjaron ajedrecistas de la talla de Rey Ardid, Fernández Avellán, Estella, Cisneros, Martínez Mocete, Domínguez, Gil, Romero Ríos, Salvo, Luís Mimbela, etcétera. La “Agrupación Artística” comenzó a organizar campeonatos anuales para las tres categorías, invitando a participar en sus partidas a grandes maestros internacionales.
Las actividades de la “Agrupación Artística Aragonesa” se extendieron fuera de Zaragoza; a finales de marzo de 1925 participaron en un torneo de ajedrez celebrado en el Círculo Oscense. En la “partida ciega” jugó Rey con Manuel Mairal, Arturo Franco, Luís Lalaguna, González Conde, Estella, Ricardo Ejarque, José Arregui, Martínez y José Bonet. Rey quedó tablas con Manuel Mairal y con José Bonet, fue vencido por Arturo Franco y ganó a los demás contrincantes.
A primeros de año de 1927 se constituía la anhelada Federación Española de Ajedrez, después de que durante años los ajedrecistas aragoneses trabajaran inútilmente por su creación.
El mayor éxito del ajedrez aragonés se obtuvo en 1930, cuando Ramón Rey Ardid alcanzó en título de Campeón de España, título que ostentó ininterrumpidamente hasta 1943.
Rey Ardid también tomó parte en el torneo celebrado en Hasting (Inglaterra), en 1935, con categoría de maestro internacional.
La retirada de Rey Ardid en 1943 supuso un duro golpe al ajedrez aragonés, languideciendo en sus actividades a pesar del entusiasmo de los directivos.
CITAS BIBLIOGRÁFICAS
(1) BLASCO IJAZO, José: “Una historia por hacer. El juego del Ajedrez (II y último)”, en El Noticiero, 18 de septiembre de 1955.
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