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García y Adell

Ciclo festivo Alto Aragón

Santa Águeda

Santa Águeda

 Las águedas de Binaced junto a la hoguera de la plaza. Las mujeres toman el pueblo y los hombres son meros espectadores, aunque de lejos (Foto: J. A. Adell)

 EL CICLO FESTIVO ANUAL

  Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón. Domingo 7 de febrero de 1993

  Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ  

    Santa Águeda, Ágata o Gadea nació en Palermo en el siglo III, siendo martirizada en Catania hacia el año 251. Su fiesta se celebra el 5 de febrero y es la patrona de las mujeres.

     Debemos distinguir que tradicionalmente Santa Águeda era la patrona de las mujeres casadas y Santa Apolonia (día 9 de febrero) lo era de las solteras; aunque en nuestros días, normalmente, casadas y solteras celebran su fiesta conjuntamente, excepto en algunas poblaciones del Bajo Cinca donde se mantienen ambas celebraciones.

     Las fiestas más populares en nuestro país, dedicadas a la Santa, son las de Zamarramala, en Segovia, donde se nombran dos alcaldesas, mayordomas de la función religiosa, que vestidas con ricos trajes del siglo XII y portando la vara de la autoridad presiden la procesión de la santa, tras la cual van todas las mujeres vestidas de labradoras que las acompañan. Celebran una comida en la que el cura es el único varón que participa. Terminan los actos con el antiquísimo baile de la rueda.

     En Aragón es conocida la fiesta dedicada a la Santa en Escatrón, donde merece destacarse la procesión de los panes benditos y el baile de la cinta, que forma parte de su peculiar dance, el único en Aragón que está interpretado sólo por mujeres.

     Josefina Roma dice que el signo de la leche está presente en esta celebración, así como en la de Santa Brígida (día 1 de febrero). Santa Águeda, a quien se le cortaron en su martirio los dos pechos, es la patrona de las mujeres que crían. Por eso se la considera la fiesta de las casadas.

     Es también una fiesta de inversión, prolegómenos del Carnaval. En una sociedad rural, donde el hombre tenía unos roles, la mujer desplazaba al varón en la asunción de estos papeles: organiza su comida, saca a bailar, participa en la ronda, etcétera. 

Alcaldesa por un día

     En Tardienta las mujeres nombran su alcaldesa. Antes de la guerra las mujeres subían a la ermita de la Santa, hundida en la actualidad. Camino del eremitorio y en un lugar ya próximo, por donde no pasaban los hombres, las que se habían casado en ese año tenían que enseñar a la otra la liga, consistente en un vencejo con ambos extremos formando dos ramos.

     En Grañén, la víspera, a medianoche, se nombra la alcaldesa, que recibe un ramo de flores y el bastón de mando de manos del alcalde, para ostentar el gobierno del pueblo durante veinticuatro horas. Antes, en el día de la Santa, no se veían los hombres por el pueblo, y si pillaban a alguno le "contaban las viejas". La "corrida del roscón", por parejas, es uno de los momentos más esperados de jornada. Los roscones, que han sido bendecidos en la celebración religiosa, se corren a los acordes de la música. No importa cuál es la vencedora, pues luego se compartirán en franca hermandad. 

    También en Castejón de Sos la mujer es elegida alcaldesa con bastón de mando, respetándose sus decisiones hasta en lo que atañe a la vida municipal.

Coplas, coplillas y "cuplillas"

"Hoy es día de Santa Águeda,

por muchos martirios la hicieron pasar

y su padre, que era un gran hereje,

los pechos a Águeda le mandó cortar.

Levantaros devotas de Águeda,

que el Santo Rosario vamos a rezar,

las mujeres de este santo pueblo

por ser hoy el día de su redención".

                                         (Alcalá del Obispo)

      Las coplillas, denominadas también coplas o "cuplillas" de Santa Águeda, las cantaban las mujeres a las seis o siete de la mañana; luego iban a tocar las campanas y en alguna ocasión gastaban bromas a los  hombres que encontraban en su camino. Después hacían la chocolatada.

     En Poleñino entre esquina y esquina se toca la campanilla (alguna vez han ido con "esquillón") antes de acudir al rezo del rosario:"Hoy es día de grande alegría,a la que lodos nos vamos a asociarcelebrando a Santa Águeda gloriosay sin olvidarnos de San Sebastián…".

     Las mairalesas, una casada y otra soltera, se encargan de organizar los actos en honor de la Santa. La mairalesa soltera pasa por las calles recogiendo dinero los días previos a esta fecha para sufragar los gastos. Tras la comida se disputan las corridas pedestres de torteles o roscones y se tira a la soga.

     En Pertusa, la víspera, cantan a la Santa en la puerta de la iglesia. Por la mañana, a las cinco, cantan las coplillas y luego asisten al rezo del rosario. Después preparan el chocolate y al mediodía asisten a la misa. El festejo es preparado por las cuatro mairalesas, que van vestidas de manolas, con mantilla y peineta. Corren la torta y se reparten los bollos bendecidos entre toda la población.

     En Antillón también se cantaban las coplillas y en esa jornada jugaban a "olleta" con pucheros. También en Argavieso había canto de coplillas antes de salir el sol, invitando al rezo del rosario.

     En Berbegal la fiesta sigue teniendo plena vigencia. En su término municipal encontramos la antigua ermita de Santa Águeda, junto a un megalito. Hay misa, coplillas, comida, hogueras y algún año baile.

     En Castejón de Monegros realizan chocolatada, pero antes también las mujeres cantaban las coplas y organizaban bailes. En casi todos los pueblos monegrinos se cantaban las coplillas y había carreras pedestres de mujeres.

     En Lalueza las mujeres provocaban gran bullicio en esta jornada; recorrían las calles con un carro enramado y cuando cogían a un mozo no le soltaban en todo el día; le obligaban a beber y a estar a su servicio. Juegan al fútbol, solteras contra casadas, y por la noche hacen baile y ronda. En Marcén había corrida de mujeres, merienda y baile. En Huerto y otras poblaciones de la zona se corría la rosca, tal como hemos descrito en Grañén. En Peñalba las casadas organizan sus festejos, especialmente bailes y hogueras, mientras que las solteras tendrán su réplica en el día de Santa Apolonia.

     En Lanaja cantaban en la puerta de la iglesia coplas como ésta:"A Santa Gueda benditale venimos a cantarpara que nos guarde la tetael día que tengamos hijos.

     En Peralta de Alcofea, por la mañana, hay volteo de campanas, actos religiosos en los que varias mujeres van vestidas de manolas, con sus trajes negros y peinetas, y reparto de torta al salir de la iglesia. Por la tarde, carreras en la plaza y juegos de habilidad, para finalizar con el baile. En otros tiempos la torta era corrida por los hombres. Así en 1927, según se describe en La Voz de Aragón, "en la ceremonia religiosa se bendijeron las tortas con las que los concurrentes fueron obsequiados, más las que luego fueron trofeo para los vencedores en las corridas pedestres que se celebraron por la tarde, y que fueron Plácido Tornos, Juan Gambau y Bernardo López, por los casados, solteros y niños, respectivamente" (1).

     La fiesta era organizada por la "mayoral", secundada por otras mujeres. La víspera se cantaba un bonito romance a la Santa y, a continuación, otros romances y coplas al cura, al alcalde y familia, al maestro y al veterinario, acompañadas por los músicos de la localidad. 

     En Peraltilla y algunas poblaciones del Somontano se elige una priora, que debe ser casada, y a su ayudante, que debe ser soltera. Son las encargadas de organizar el festejo y de recoger dinero los días previos para sufragar la fiesta y también para las necesidades de la parroquia.

     En Robres las mujeres emulan juegos de los hombres; en Sena queman un muñeco, preludio del Carnaval; en los pueblos de la Jacetania no falta la cena de las mujeres...

Las mujeres de Binaced

"Día cinco de febrero,

muy señalado,

Santa Águeda bendita 

la veneramos.

Pobre de Águeda

en este día

te cortaron los pechos   

estando en vida".

     Las coplillas a la Santa, en esta población, nos sitúan en el momento del día en que las mujeres "toman" la población. Ya en la víspera se ha pasado por las casas a recoger las tortas y la botella de champán, una por casa. Muchas mujeres, en esa noche, ni siquiera se acuestan.

     El día de la patrona hay rezo del rosario, procesión y chocolatada en la plaza del Ayuntamiento. En este lugar se prepara una gran hoguera, que arderá todo el día.

     Mientras, las más animadas han ido a despertar al vecindario y hasta se han introducido por las casas por si quedaba alguien dormido para sacarlo de la cama. Otras han iniciado las primeras bromas dirigidas contra el panadero, el lechero o algún despistado viajante que tiene la ocurrencia de pasar en este día por la población.

     Al mediodía se celebra la misa y el pasacalles. Luego viene la comida en común y vuelta a la hoguera para tomar el ron quemado. Es el momento más peligroso para los hombres que se acercan por aquel lugar. El ambiente está caldeado y las bromas son de lo más variopinto. Si alguno quiere hacerse el gracioso no se librará de la ritual bajada de pantalones, aunque en ese día todo es aceptado con buen humor.

     El festejo finaliza con el baile, donde se consume la torta que se recogió en la víspera y donde, por supuesto, a los hombres se les invita a bailar, comer y beber.

La ronda de la mula

     Algunas poblaciones tienen a Santa Águeda como patrona y celebran en su honor la fiesta mayor o la pequeña. En esta fecha son las fiestas mayores de Arrés, Fornillos (en la Hoya), Salinas de Jaca, Usana y el despoblado de Raluy.

     Es la segunda fiesta de Bentué de Rasal, El Humo de Rañín, Estet, Latre, Ontiñena, Pardinilla, Rañín, Sinués, Solipueyo, Villacarli y los despoblados de Puy de Cinca y Torruellola de la Plana.

     En Ontiñena los días previos a la fiesta se pasa por el pueblo para recoger huevos o dinero. Las mujeres elaboran las tortas que serán repartidas, tras su bendición, el día de la patrona. Otros actos destacados son el  baile de disfraces, las cucañas y la prueba comarcal de campo a través  escolar. Antaño, tras el repique de campanas que anunciaba al vecindario el comienzo de las fiestas, se cantaba el tradicional romance a la Virgen, repitiéndose después a las solteras de la localidad y forasteras, amenizado por el gaitero. Había carreras pedestres, corridas de cintas con caballos, conciertos y bailes en el teatro Guioni y en el salón de Gallinad.

     Algunas poblaciones que celebran fiestas patronales para San Blas incluían la fiesta de Santa Águeda como tercer y último día de festejos, enlazando ambas fiestas con el denominado "San Blaset". En Fonz, desde hace algunos años las mujeres organizan la denominada "ronda de la mula"; una de ellas, vestida con sus mejores galas, monta una mula ricamente enjaezada con adornos y cascabeles, recorriendo todas las casas, acompañada de la ronda. El jolgorio durante toda la jornada es continuo, con bandeo de campanas, bromas a los hombres, canciones...  Al día siguiente aún se celebrará Santa Aguedeta.

     Queda, por fin, hablar de la celebración urbana, pues en el mundo rural en casi todas las poblaciones hay actos festivos en su honor, especialmente en las comarcas centrales y meridionales de la provincia. El Huesca, según publicaba El Noticiero a comienzos de siglo, en esta jornada "fueron muchos los devotos, sobre todo del sexo femenino, que fueron a visitar la ermita de los Mártires, situada extramuros de la ciudad, donde se venera la imagen de dicha santa" (2).

     En Jaca, tras la misa, se reparten unas deliciosas pastas llamadas "teticas". En Binéfar hay una hoguera en la plaza y ágape comunitario en el que sólo participan las mujeres. En casi todas nuestras ciudades las Asociaciones de Amas de Casa han organizado diversas actividades, incluso semanas culturales reivindicativas sobre los derechos de la mujer. 

 CITAS BIBLIOGRÁFICAS

 (1) La Voz de Aragón, 15 de febrero de 1927.(2) El Noticiero, 7 de febrero de 1909.

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Carnaval (1)

Carnaval (1)

Tranga de Bielsa, en el Carnaval más ancestral de Aragón (Foto: J. A. Adell)

 

EL CICLO FESTIVO ANUAL

  Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón. Domingo 21 de febrero de 1993

 

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ  

Estamos en tiempo de Carnaval. Puede parecer un tópico decir que los tiempos han cambiado, pero la realidad es que en aquellas poblaciones donde se ha recuperado el Carnaval, éste no tiene nada que ver con los de antaño y en las que se ha mantenido, aún en periodo franquista, se han producido ciertos cambios.

Los días del Carnaval son el domingo, lunes y martes, es decir los tres días anteriores al Miércoles de Ceniza. Sin embargo se pueden señalar otros días como comienzo de Carnaval ("jueves graso", San Antón. etcétera):"Para San Antón, Carnestolendas son".

 

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Carnaval (2)

Carnaval (2)

Carnaval de Bielsa (Foto: J. A. Adell)

 

EL CICLO FESTIVO ANUAL

  Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ 

 

En nuestros días la celebración carnavalesca no guarda el rigor temporal de otros tiempos. El Miércoles de Ceniza ponía el punto final a los carnavales con el entierro de la sardina. En algunos lugares el primer domingo de Cuaresma, conocido como domingo de Piñata, se podía considerar como continuación del Carnaval.

El Pirineo tenía su Carnaval muy diferente al del llano y con rituales más ancestrales, como veremos a continuación.

Valles de Ansó y Echo 

Con la Guerra Civil se perdió el Carnaval ansotano. Se iniciaba el denominado Domingo de Carnaval y se prolongaba hasta el Miércoles de Ceniza. El primer acto era la ronda de Carnaval. Los mozos disfrazados recorrían las casas con espedos y cestas (repliega).

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Carnaval (y 3)

Carnaval (y 3)

   

 Trangas del carnaval de Bielsa (Foto: J. A. Adell)

 

EL CICLO FESTIVO ANUAL

 

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

En la montaña el carnaval era diferente al del llano. En la montaña existía un gran respeto a la tradición, a cómo se había celebrado siempre la fiesta. En el llano, por el contrario, se introducían elementos nuevos o se suprimían actos de un año para otro. En la montaña el Carnaval era la fiesta de las fiestas, en el llano era una celebración más.

 

 El Sobrarbe

 "Qué buen nombre tiene

el santo de Carnaval,

que todos comemos y bebemos

y a ninguno hacemos mal"

                                                 (Copla de Fanlo)

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Febrero, de la Candelera a los Carnavales

Febrero, de la Candelera a los Carnavales

 En Sallent de Gállego se decía: “El invierno no se lo comen los ratones”. (Foto: C. García)

EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón. Domingo 31 de enero de 1993

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ 

"Febrero es el solo mes

más corto y menos cortés".

     La climatología es el tema preferido entre los refranes y axiomas propios de este mes. En Sallent de Gállego se solía decir que "el invierno no se lo comen los ratones", pero también que "los extremos se tocan", en referencia a este mes. Quizá más conocido sean los refranes: "febrero, un rato malo y otro bueno", "el mes de febrero, un rato al sol y otro al brasero" o "febrero mató a su madre en el lavadero". Estos cambios repentinos han motivado que a este mes se le conociera como "febrerillo el loco", por ser "un día peor que otro". El frío acompaña a los santos de principio de mes:

"Para la Candelera, gran nevera;

para San Blas, un palmo más;

para Santa Aguedeta,

la nieve hasta la chaqueta".

     A febrero también se le conoce como "el mes de los jornaleros"; al ser el más corto del año éstos trabajan menos días y cobran el mismo sueldo. Sin embargo, a principios de siglo, en Huesca comenzaba a funcionar en esta época del año la "Olla de los pobres", una institución benéfica que prestaba servicio a las clases necesitadas, gracias a la caridad de los oscenses, en estos meses de carestía por paralización de los trabajos.

     En Angüés, coincidiendo con las fiestas de San Blas, el ayuntamiento también costeaba, con ayuda de los vecinos, abundantes y nutritivos ranchos para los pobres del pueblo y forasteros, y el tercer día se repartían limosnas.

     Los trabajos en el campo eran escasos: se echaba fiemo a los árboles y en la luna vieja se sembraban los ajos y se podaban las cepas (era creencia popular que si se podaban en esta luna los racimos serían más grandes). En la luna nueva se sembraban las patatas y, antaño, el mes era propicio para la plantación del lino y cáñamo.

     Es un periodo malo para el ganado y temido por los pastores, especialmente en los años bisiestos: "el febrero no deja oveja, ni cordero". No obstante, durante este mes se celebraban ferias de ganados en algunos puntos de la provincia. Sariñena las tuvo, durante los primeros días, hasta 1897, fecha en la que se vio forzado a adelantarlas oficialmente un mes, por la tendencia de los compradores y vendedores en años anteriores. 

     Para la Candelaria organizaban ferias en Barbastro y en Huesca. La de Barbastro data de un privilegio dado por Doña Germana de Foix, en la ciudad de Monzón, el 22 de septiembre de 1512, durante doce días antes y doce después de aquella fecha, dentro del Entremuro. La de Huesca, aunque a principios de siglo ya había perdido mucha importancia, aún era concurrida, y a ella acudían buen número de negociantes con ganado mular, asnal y fundamentalmente vacuno. En 1919 el Ayuntamiento acordó que la feria, cambiada a la quinta semana el año anterior, se celebra, en aquel año y en los siguientes el viernes, sábado y domingo de la tercera semana de Cuaresma. 

     El primer domingo de mes Aínsa organiza "la ferieta" o "feria pequeña".

     Como dice Arnal Cavero, "febrero es el mes de las matacías y el de los carasoles. Hay que ir a misa muchos días entre semana: «El primero porque hace día; el segundo, Santa María; el tercero, San Blas; el cuarto, nada; el quinto Santa Águeda...»" (1).

     A final del mes aumenta la luz durante el día y las noches comienzan a ser menos terribles y más cortas; éste es el motivo del dicho: "San Matías (día 24), tan largas las noches como los días". 

     (...)

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) ARNAL CAVERO, P.: Aragón en alto, Zaragoza, p. 141.

San Valero, 29 de enero

San Valero, 29 de enero

Ermita de San Valero en Estada, el lugar donde fue enterrado (Foto: J. A. Adell)

 

EL CICLO FESTIVO ANUAL

  Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 23 de enero de 1994

 

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

"Ejemplo de los ancianos
por su santidad y celo,
Arzobispo de Zaragoza
fue elegido San Valero".
                      (Velilla de Cinca)

Nació en Zaragoza, descendiente de una importante familia, y fue elegido Obispo de dicha ciudad en el año 290. Como su lengua era balbuciente eligió al oscense San Vicente como su diácono para que predicara en su nombre.

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http://garcia-adell.blogspot.com.es/2008/01/san-valero-29-de-enero.html

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San Vicente

San Vicente

Catedral de Roda, dedicada a San Vicente (Foto: J. A. Adell)

EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 16 de enero de 1994

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

     Nació en Huesca a finales del siglo III y murió martirizado en Valencia en el año 304. Completó su formación cristiana en Zaragoza, bajo las órdenes del obispo Valero. Allí recibió, el diaconado y se le encomendó la predicación en la Diócesis cesaraugustana. Daciano, prefecto de España, lo mandó arrestar junto con Valero, siendo ambos conducidos a Valencia.

     Valero fue desterrado por tener su lengua balbuciente, mientras que Vicente fue sometido a horrendos tormentos.

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San Victorián

San Victorián

Abizanda (Foto: C. García)

EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 10 de enero de 1993

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

       San Victorián se venera el día 12 de enero. Es un santo de origen italiano que pasó gran parte de su vida en tierras del Sobrarbe. El primitivo cenobio de "San Viturián", como se le conoce en la comarca, pudo estar en la cueva de La Espelunca, en Fosado.

     Al parecer los restos del Santo fueron trasladados desde allí al lugar que hoy ocupa el monasterio de San Victorián. Allí se establecieron sus seguidores, una comunidad de monjes que, favorecidos por los reyes de Aragón, llegaron a tener un gran poderío.

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Enero, mes de hogueras y celebraciones

Enero, mes de hogueras y celebraciones

En Grañén honran a San Julián (Foto: C. García)

EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 3 de enero de 1993

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

     Las doce campanadas señalan el comienzo del nuevo año, al mismo tiempo que embutimos las uvas por el gaznate, corre el “champagne” y llueven las felicitaciones.

       Antaño, el frío no impedía que se celebraran las ferias de Año Nuevo en Calasanz y las de Reyes en Peralta de la Sal, también conocida como "la fira dels tosinos", por ser estos los animales más abundantes. Las de Sariñena se adelantaron en 1897 a primeros de año, hasta entonces el primer día feriado comenzaba el primero de febrero. En los primeros días de mes tenía lugar la feria de Alcampell; en esta población, durante los días feriados funcionaban tres cines, alternando con sesiones de “varietés”. Entre los días 18 y 20 eran las de Angüés. El 19 tenían lugar las de El Grado; de allí los feriantes acudían a Naval (día 20). El último domingo de mes se celebraba otra feria para toda clase de ganados y quincallas en Boltaña, creada en 1899.

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Diciembre, mes de los niños

Diciembre, mes de los niños

Alberuela de Tubo venera a San Juan Evangelista, el 27 de diciembre (Foto: C. García)

EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 20 de diciembre de 1992

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

      Llega "o cabo d'año", las nieves comienzan a cubrir los pastos de la montaña y los ganados trashumantes parten hacia el llano, menos azotado por la crudeza del invierno. Durante años la cabañera de Huesca ha sido testigo del paso de los ganados lanares, conducidos por el pastor, los zagales y ayudados por mastines, hacia los pueblos del Bajo Aragón (1). Atrás queda la leña amontonada, el trigo en el granero, tocinos, corderos y aves de corral cebados aguardan las últimas fiestas del año. Es el mes que Manuel Benito califica como "mes de sacrificios rituales, con la fiesta de San Nicolás, en la que los niños cortaban el cuello de un gallo para derramar su poder fecundante", "bucos", "comidas fúnebres en campos..." Se iniciarán las últimas recolecciones: "En el Somontano empezarán a coger olivas d'arriba al otro día de la Purísima, si hay olivada.  

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http://garcia-adell.blogspot.com/2007/12/diciembre-mes-de-los-nios.html

Santa Brígida

Santa Brígida

Torrelarribera”. (Foto: J. A. Adell)

 

EL CICLO FESTIVO ANUAL 

El primero de febrero, festividad de Santa Brígida, celebraban la fiesta pequeña en Torrelarribera. A la Santa está dedicada la iglesia parroquial. Santa Brígida también es la patrona de Isclés.

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La Navidad

La Navidad

El belén es el elemento más representativo de la Navidad actual (Foto: C. García)


EL CICLO FESTIVO ANUAL

Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo 27 de diciembre de 1992

 

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

       Las fiestas navideñas son esencialmente familiares, pero también hacen aflorar entre las gentes virtudes y deseos de solidaridad, amor, paz…, acentuados con la llegada del nuevo año.

     Muchos signos nos anuncian la llegada de la Navidad: adornos, iluminaciones, belenes, árboles de Navidad, la lotería, los villancicos, el turrón... y el excesivo consumismo. Antes, el aprovisionamiento para estos días se hacía, en parte, en las ferias.

     En San Juan de Plan, el día 18, tenía lugar la “ferieta de Navidad”; en Huesca, el día 21, festividad de Santo Tomás y coincidiendo con la entrada del invierno, se celebraba la “Feria de pavos y caprina”. Antes de que quedase reducida a un mercado al que acudían vendedores de los pueblos vecinos y compradores de la ciudad, por las calles desfilaban manadas de pavos, conducidas por el “tío de la caña”. El consumo no se limita a los mocosos emisores de amenazadores graznidos, llegados por cientos incluso desde otras provincias, sino que por miles también se contaban los capones, liebres, conejos...; tampoco faltaba ternasco, vinos atelareñados y preciosas cestas de aguinaldos.

     En Tamarite de Litera y en Barbastro se celebraban otras importantes ferias de ganados en esta misma fecha y, sin duda, servían para hacer acopio de cara a estas fiestas, o, como la de Sariñena, entre los días 26 y 31 de diciembre, dedicada al ganado mular, caballar y asnal, para dar sentido al universal refrán: "Año nuevo, vida nueva". En diciembre de 1923, junto con la información de las ferias de Sariñena, su alcalde, Pedro Cascales, anunciaba la creación de una nueva feria de vacuno con toda clase de facilidades y ventajas para los días 1, 2 y 3 de septiembre.

     Pero no siempre el comercio ha tenido facilidades para desarrollar su labor. En diciembre de 1907 los comerciantes y taberneros de Huesca fueron constreñidos por la disposición de La Cierva a cerrar sus negocios los domingos. Su pretensión de abrir, amparándose en el pretexto de feria que algunos años se alargaba hasta mediados de diciembre, fue denegada por el gobierno civil. Posteriormente los taberneros se acogieron a la denominación de "casa de comidas" y los ultramarinos y pescaderos también hicieron caso omiso por ser días de venta segura y ateniéndose a la higiene; como se decía en la prensa: "la ventilación del mercado". Sin embargo, estas artes no fueron suficiente pretexto para que les permitieran abrir.

El fuego de Navidad

     Las hogueras eran comunes en casi todas las fiestas, más aún en las de invierno, aunque la mayoría se perdieron con la pavimentación de las calles. En Coscojuela de Fantova las gentes del lugar se reúnen en la Nochebuena entorno al calor de la hoguera para comer y beber. En Monesma la hoguera se encendía tras la Misa del Gallo y preparaban poncho, cantaban villancicos y repartían viandas. En Campo la hoguera que se enciende en la plaza permanece hasta Reyes.

     Una de las tradiciones más comunes en muchos pueblos del Alto Aragón era la quema del “tronco de Navidad”, “tronca de Navidad” (denominación que recibe en el Sobrarbe), o “cabirón” (tronco que, unido a la toza, sobresale del suelo una vez cortado el árbol), como se denomina en Robres y comarca. Carmelo Pérez recoge El solemne rito del encendido del “cabirón”, se realizaba con gran carga de religiosidad y sentido mágico, según Carmelo Pérez (1). Lo encendía el jefe de la familia, tras bendecirlo, rociándolo con un buen chorro de cazalla, que producía un fogonazo, y al grito de “¡cabirón, cabirón, caga turrón!” aparecían unas barras de turrón junto al fuego. El “cabirón” permanecía encendido casi todas las navidades.

     Pérez cuenta como en el Sobrarbe la “tronca de Navidad” se hacía durar hasta la Candelera y se guardaba una “tozeta” para echar al fuego cuando había tormentas. Antonio Beltrán recoge la interpretación de que la “tronca” venía a simbolizar la raíz de la casa, vinculada al fuego y a la familia.     A este tizón de Navidad Violant y Simorra (2) lo denominaba “troncada de Nochebuena”. En Ansó se dejaba ardiendo toda la noche para calentar al Niño Dios. En Baraguás permanecía encendido hasta Reyes o la Candelaria. Al encender la “troncada”, el dueño de la casa persignaba el gran tronco echándole con un porrón un chorro de vino en forma de cruz.

     José María Castro relata como transcurrían las fiestas de Azanuy: “Los días de Navidad se pasaban mol ben, a la vora del foc y dechós de la chuminera. Se minchaban figos secos y nous y tarrons y se bebeba un vino del cabo de casa. La Nochebuena se posaba en mich de la cocina la choca de Nadal, y la canalla estizoneaba, pa fé caure els tarrons y els confites, a la micha nit, s’anaba a la illesia a sentí la misa de gall; els mozos llevaban bona cosa de vixigas unflades, que ralentaban cuan alzaban a Dios...” (3). Esta costumbre de explotar vejigas infladas se daba también en otros lugares, como Castejón de Monegros...

     La “tronca” se denominaba “tronc, choca” por La Litera. Se solía tapar con un saco, ocultando golosinas, juguetes, turrones, etc. Con el atizador o con un palo se golpeaba el tronco entonando una canción. Carpi recoge en Tamarite la siguiente copla:

“Tronc de Nadal

caga tarróns

y pixa ví blanc.

No cagues arengades

que son salades.

Caga tarrónsque

son ben bons” (4).

Cómo vivir la Navidad

     En Huesca, a principios de siglo las fiestas de Pascua eran las más populares y se celebraban con gran animación. Tras la tradicional Misa del Gallo comenzaba la juerga callejera; cuadrillas de jóvenes tañendo bandurrias y guitarras, entre gritos, ruidos, algazara y buen humor, recorrían las calles. Las comidas extraordinarias eran comunes en todos los lugares, incluso en la cárcel, y los niños del Hospicio recibían diversos obsequios.

     En Somanés se reúne todo el pueblo en la Nochebuena para beber vino quemado con mezcla de frutas (especie de zurracapote), asisten a la Misa del Gallo y después hacen la ronda por las calles cantando villancicos y pasando dos o tres veces por todas las casas del pueblo.

     En Peralta de Alcofea suelen contratar alguna orquesta. Las gentes de Pozán de Vero escenifican un belén viviente. Lo mismo se hace en Abiego dentro de la Iglesia; antes se salía con un burro por todas las casas para visitar a los enfermos y felicitar la Navidad. Los niños de Castillazuelo también preparaban una obra alusiva al Nacimiento.

     Otras costumbres se van perdiendo o evolucionan. Piracés celebraba estos días sus fiestas pequeñas. En Lastanosa y en Pallaruelo de Monegros cantaban las coplillas antes del Rosario, del mismo modo que en otras festividades del calendario.

     En La Almunia de San Juan la Misa del Gallo era la ceremonia religiosa más destacada de las Pascuas. En 1928 estuvo amenizada por los violinistas Ramón Bernat Pallás y Mariano Obis Allué, acompañados al armonium por el regente Félix Launed y los cantos de un coro de niños (5). Entre los actos profanos destacaban los bailes organizados por la Sociedad Juventud Almuniense y amenizados por la banda de música de Albelda.

     Antiguamente, cuenta Violant i Simorra (6), se guardaba ayuno riguroso durante el día 24, víspera de Navidad, y lo poco que comían era condimentado con aceite. Al salir de la Misa del Gallo acababa la vigilia, restaurando los estómagos con las mejores viandas. En Baraguás hacían la colación familiar en torno a la gran “troncada de Navidad”. La comida se iniciaba después de la bendición del tronco, que en la montaña se componía de la típica torta navideña, amasada expresamente para la fiesta, empainazos con espinacas, pastelillos de calabaza, bellotas dulces, peras asadas, higos secos, pasas, nueces y orejones.

     En estas fechas las mujeres de Valfarta solían elaborar empanadicos de cabello de ángel. En Alcalá del Obispo preparaban empanadones de calabaza y dobladillos. Según narraba Pedro Arnal Cavero, las mujeres de Alquézar masaban dos o tres días antes de la Navidad, “porque para Nochebuena ha de haber pan tierno, torta lagañosa, empanadizos con espináis y pastillos de calabaza de rabiqued. Claro es que, además, guardan billotas, dulces, cerollas, peras forniadas, figas enfarinadas, mostillo duro, pasas, nueces, almendras, manzanas, orejones, cergüellos empapelaus, ugas colgadas y panizo menudo de fer palometas... pa’ fer colación” (7).

     En La Puebla de Castro el postre preferido era el “panillet”, compuesto de almendras y miel.

     Antonio Beltrán recuerda como hace cincuenta años aún se amasaban en Sariñena empanadones de “espinais”, típicos en toda la provincia, alternando con otras variedades de tortas. Y en La Almolda la cocción de estos dulces de Navidad se conservó ritualmente hasta hace pocos años: “hasta hace poco se ofrecían empanadonicos como presente de unas familias a otras, sobre todo destinadas a las que se habían visto afectadas durante el año por la muerte de uno de sus miembros y el consiguiente y severo luto impedía amasar y cocer pastas” (8). 

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) PÉREZ, C. "El cabirón (Tronco de Navidad)", en El Pimendón. Periódico de Robres. Nº 8, Diciembre de 1989, p. 14.

(2) VIOLANT Y SIMORRA, R.: El Pirineo Español. Ed. Plus Ultra, Madrid, 1949. p.558

(3) CASTRO Y CALVO, J.M.: "Historias de Azanuy", en La Voz de La Litera, nº 105-107, 1978, p.9.

(4) CARPI Y CASES, J.: El Tamarite de nuestros abuelos. Barcelona, 1976.

(5) Heraldo de Aragón, 29 de diciembre de 1928.(6)  VIOLANT Y SIMORRA: Opus Citat, p. 563(7) ARNAL CAVERO, P.: Aragón en Alto. Zaragoza, p. 179.

(8) BELTRÁN, A.: "Diciembre y sus fiestas", en Heraldo de Aragón, 22 de diciembre de 1991.

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http://garcia-adell.blogspot.com.es/2008/05/el-ciclo-festivo-anual-en-el-alto-aragn.html

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