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García y Adell

Santa Águeda

Santa Águeda

 Las águedas de Binaced junto a la hoguera de la plaza. Las mujeres toman el pueblo y los hombres son meros espectadores, aunque de lejos (Foto: J. A. Adell)

 EL CICLO FESTIVO ANUAL

  Publicado en “Cuadernos Altoaragoneses”, suplemento del Diario del Altoaragón. Domingo 7 de febrero de 1993

  Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ  

    Santa Águeda, Ágata o Gadea nació en Palermo en el siglo III, siendo martirizada en Catania hacia el año 251. Su fiesta se celebra el 5 de febrero y es la patrona de las mujeres.

     Debemos distinguir que tradicionalmente Santa Águeda era la patrona de las mujeres casadas y Santa Apolonia (día 9 de febrero) lo era de las solteras; aunque en nuestros días, normalmente, casadas y solteras celebran su fiesta conjuntamente, excepto en algunas poblaciones del Bajo Cinca donde se mantienen ambas celebraciones.

     Las fiestas más populares en nuestro país, dedicadas a la Santa, son las de Zamarramala, en Segovia, donde se nombran dos alcaldesas, mayordomas de la función religiosa, que vestidas con ricos trajes del siglo XII y portando la vara de la autoridad presiden la procesión de la santa, tras la cual van todas las mujeres vestidas de labradoras que las acompañan. Celebran una comida en la que el cura es el único varón que participa. Terminan los actos con el antiquísimo baile de la rueda.

     En Aragón es conocida la fiesta dedicada a la Santa en Escatrón, donde merece destacarse la procesión de los panes benditos y el baile de la cinta, que forma parte de su peculiar dance, el único en Aragón que está interpretado sólo por mujeres.

     Josefina Roma dice que el signo de la leche está presente en esta celebración, así como en la de Santa Brígida (día 1 de febrero). Santa Águeda, a quien se le cortaron en su martirio los dos pechos, es la patrona de las mujeres que crían. Por eso se la considera la fiesta de las casadas.

     Es también una fiesta de inversión, prolegómenos del Carnaval. En una sociedad rural, donde el hombre tenía unos roles, la mujer desplazaba al varón en la asunción de estos papeles: organiza su comida, saca a bailar, participa en la ronda, etcétera. 

Alcaldesa por un día

     En Tardienta las mujeres nombran su alcaldesa. Antes de la guerra las mujeres subían a la ermita de la Santa, hundida en la actualidad. Camino del eremitorio y en un lugar ya próximo, por donde no pasaban los hombres, las que se habían casado en ese año tenían que enseñar a la otra la liga, consistente en un vencejo con ambos extremos formando dos ramos.

     En Grañén, la víspera, a medianoche, se nombra la alcaldesa, que recibe un ramo de flores y el bastón de mando de manos del alcalde, para ostentar el gobierno del pueblo durante veinticuatro horas. Antes, en el día de la Santa, no se veían los hombres por el pueblo, y si pillaban a alguno le "contaban las viejas". La "corrida del roscón", por parejas, es uno de los momentos más esperados de jornada. Los roscones, que han sido bendecidos en la celebración religiosa, se corren a los acordes de la música. No importa cuál es la vencedora, pues luego se compartirán en franca hermandad. 

    También en Castejón de Sos la mujer es elegida alcaldesa con bastón de mando, respetándose sus decisiones hasta en lo que atañe a la vida municipal.

Coplas, coplillas y "cuplillas"

"Hoy es día de Santa Águeda,

por muchos martirios la hicieron pasar

y su padre, que era un gran hereje,

los pechos a Águeda le mandó cortar.

Levantaros devotas de Águeda,

que el Santo Rosario vamos a rezar,

las mujeres de este santo pueblo

por ser hoy el día de su redención".

                                         (Alcalá del Obispo)

      Las coplillas, denominadas también coplas o "cuplillas" de Santa Águeda, las cantaban las mujeres a las seis o siete de la mañana; luego iban a tocar las campanas y en alguna ocasión gastaban bromas a los  hombres que encontraban en su camino. Después hacían la chocolatada.

     En Poleñino entre esquina y esquina se toca la campanilla (alguna vez han ido con "esquillón") antes de acudir al rezo del rosario:"Hoy es día de grande alegría,a la que lodos nos vamos a asociarcelebrando a Santa Águeda gloriosay sin olvidarnos de San Sebastián…".

     Las mairalesas, una casada y otra soltera, se encargan de organizar los actos en honor de la Santa. La mairalesa soltera pasa por las calles recogiendo dinero los días previos a esta fecha para sufragar los gastos. Tras la comida se disputan las corridas pedestres de torteles o roscones y se tira a la soga.

     En Pertusa, la víspera, cantan a la Santa en la puerta de la iglesia. Por la mañana, a las cinco, cantan las coplillas y luego asisten al rezo del rosario. Después preparan el chocolate y al mediodía asisten a la misa. El festejo es preparado por las cuatro mairalesas, que van vestidas de manolas, con mantilla y peineta. Corren la torta y se reparten los bollos bendecidos entre toda la población.

     En Antillón también se cantaban las coplillas y en esa jornada jugaban a "olleta" con pucheros. También en Argavieso había canto de coplillas antes de salir el sol, invitando al rezo del rosario.

     En Berbegal la fiesta sigue teniendo plena vigencia. En su término municipal encontramos la antigua ermita de Santa Águeda, junto a un megalito. Hay misa, coplillas, comida, hogueras y algún año baile.

     En Castejón de Monegros realizan chocolatada, pero antes también las mujeres cantaban las coplas y organizaban bailes. En casi todos los pueblos monegrinos se cantaban las coplillas y había carreras pedestres de mujeres.

     En Lalueza las mujeres provocaban gran bullicio en esta jornada; recorrían las calles con un carro enramado y cuando cogían a un mozo no le soltaban en todo el día; le obligaban a beber y a estar a su servicio. Juegan al fútbol, solteras contra casadas, y por la noche hacen baile y ronda. En Marcén había corrida de mujeres, merienda y baile. En Huerto y otras poblaciones de la zona se corría la rosca, tal como hemos descrito en Grañén. En Peñalba las casadas organizan sus festejos, especialmente bailes y hogueras, mientras que las solteras tendrán su réplica en el día de Santa Apolonia.

     En Lanaja cantaban en la puerta de la iglesia coplas como ésta:"A Santa Gueda benditale venimos a cantarpara que nos guarde la tetael día que tengamos hijos.

     En Peralta de Alcofea, por la mañana, hay volteo de campanas, actos religiosos en los que varias mujeres van vestidas de manolas, con sus trajes negros y peinetas, y reparto de torta al salir de la iglesia. Por la tarde, carreras en la plaza y juegos de habilidad, para finalizar con el baile. En otros tiempos la torta era corrida por los hombres. Así en 1927, según se describe en La Voz de Aragón, "en la ceremonia religiosa se bendijeron las tortas con las que los concurrentes fueron obsequiados, más las que luego fueron trofeo para los vencedores en las corridas pedestres que se celebraron por la tarde, y que fueron Plácido Tornos, Juan Gambau y Bernardo López, por los casados, solteros y niños, respectivamente" (1).

     La fiesta era organizada por la "mayoral", secundada por otras mujeres. La víspera se cantaba un bonito romance a la Santa y, a continuación, otros romances y coplas al cura, al alcalde y familia, al maestro y al veterinario, acompañadas por los músicos de la localidad. 

     En Peraltilla y algunas poblaciones del Somontano se elige una priora, que debe ser casada, y a su ayudante, que debe ser soltera. Son las encargadas de organizar el festejo y de recoger dinero los días previos para sufragar la fiesta y también para las necesidades de la parroquia.

     En Robres las mujeres emulan juegos de los hombres; en Sena queman un muñeco, preludio del Carnaval; en los pueblos de la Jacetania no falta la cena de las mujeres...

Las mujeres de Binaced

"Día cinco de febrero,

muy señalado,

Santa Águeda bendita 

la veneramos.

Pobre de Águeda

en este día

te cortaron los pechos   

estando en vida".

     Las coplillas a la Santa, en esta población, nos sitúan en el momento del día en que las mujeres "toman" la población. Ya en la víspera se ha pasado por las casas a recoger las tortas y la botella de champán, una por casa. Muchas mujeres, en esa noche, ni siquiera se acuestan.

     El día de la patrona hay rezo del rosario, procesión y chocolatada en la plaza del Ayuntamiento. En este lugar se prepara una gran hoguera, que arderá todo el día.

     Mientras, las más animadas han ido a despertar al vecindario y hasta se han introducido por las casas por si quedaba alguien dormido para sacarlo de la cama. Otras han iniciado las primeras bromas dirigidas contra el panadero, el lechero o algún despistado viajante que tiene la ocurrencia de pasar en este día por la población.

     Al mediodía se celebra la misa y el pasacalles. Luego viene la comida en común y vuelta a la hoguera para tomar el ron quemado. Es el momento más peligroso para los hombres que se acercan por aquel lugar. El ambiente está caldeado y las bromas son de lo más variopinto. Si alguno quiere hacerse el gracioso no se librará de la ritual bajada de pantalones, aunque en ese día todo es aceptado con buen humor.

     El festejo finaliza con el baile, donde se consume la torta que se recogió en la víspera y donde, por supuesto, a los hombres se les invita a bailar, comer y beber.

La ronda de la mula

     Algunas poblaciones tienen a Santa Águeda como patrona y celebran en su honor la fiesta mayor o la pequeña. En esta fecha son las fiestas mayores de Arrés, Fornillos (en la Hoya), Salinas de Jaca, Usana y el despoblado de Raluy.

     Es la segunda fiesta de Bentué de Rasal, El Humo de Rañín, Estet, Latre, Ontiñena, Pardinilla, Rañín, Sinués, Solipueyo, Villacarli y los despoblados de Puy de Cinca y Torruellola de la Plana.

     En Ontiñena los días previos a la fiesta se pasa por el pueblo para recoger huevos o dinero. Las mujeres elaboran las tortas que serán repartidas, tras su bendición, el día de la patrona. Otros actos destacados son el  baile de disfraces, las cucañas y la prueba comarcal de campo a través  escolar. Antaño, tras el repique de campanas que anunciaba al vecindario el comienzo de las fiestas, se cantaba el tradicional romance a la Virgen, repitiéndose después a las solteras de la localidad y forasteras, amenizado por el gaitero. Había carreras pedestres, corridas de cintas con caballos, conciertos y bailes en el teatro Guioni y en el salón de Gallinad.

     Algunas poblaciones que celebran fiestas patronales para San Blas incluían la fiesta de Santa Águeda como tercer y último día de festejos, enlazando ambas fiestas con el denominado "San Blaset". En Fonz, desde hace algunos años las mujeres organizan la denominada "ronda de la mula"; una de ellas, vestida con sus mejores galas, monta una mula ricamente enjaezada con adornos y cascabeles, recorriendo todas las casas, acompañada de la ronda. El jolgorio durante toda la jornada es continuo, con bandeo de campanas, bromas a los hombres, canciones...  Al día siguiente aún se celebrará Santa Aguedeta.

     Queda, por fin, hablar de la celebración urbana, pues en el mundo rural en casi todas las poblaciones hay actos festivos en su honor, especialmente en las comarcas centrales y meridionales de la provincia. El Huesca, según publicaba El Noticiero a comienzos de siglo, en esta jornada "fueron muchos los devotos, sobre todo del sexo femenino, que fueron a visitar la ermita de los Mártires, situada extramuros de la ciudad, donde se venera la imagen de dicha santa" (2).

     En Jaca, tras la misa, se reparten unas deliciosas pastas llamadas "teticas". En Binéfar hay una hoguera en la plaza y ágape comunitario en el que sólo participan las mujeres. En casi todas nuestras ciudades las Asociaciones de Amas de Casa han organizado diversas actividades, incluso semanas culturales reivindicativas sobre los derechos de la mujer. 

 CITAS BIBLIOGRÁFICAS

 (1) La Voz de Aragón, 15 de febrero de 1927.(2) El Noticiero, 7 de febrero de 1909.

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