Historias de brujas, demonios y encantarias aragonesas
Adell y García presentaron el libro, que también contiene referencias a hechos acaecidos en Calatayud y su comarca, en Zaragoza
(Foto: Esther Casas / Heraldo de Aragón)
S. C. Miralbés.- ¿Sabían que Aragón contaba en el siglo XIX con una ruta de la fertilidad y también con varios puntos donde "se curaban" los endemoniados? Pues algunas de ellas se mantuvieron hasta el mismísimo siglo XX. José Antonio Adell y Celedonio García las descubrieron mientras recopilaban datos para escribir "Brujas, demonios, encantarias y seres mágicos en Aragón", el último volumen que esta incansable pareja viajera presenta a sus lectores en la Editorial Pirineo y que desvela las leyendas, supersticiones y algunos de los hechos rodeados de los mayores misterios y maleficios que pesan sobre nuestros pueblos.
Cada vez quedan menos hadas, si hacemos caso a James Barrie porque, según día en "Peter Pan", cuando un niño dice que no cree en estos seres una de ellas muere.
Ángeles, almas y bodas
Unos dicen que provienen de los ángeles rebeldes, otros creen que son almas infantiles, aunque también existe la intuición de que, si un humano encuentra un hada y se casa con ella, conseguirá inmortalizar su alma. Pues bien, en Aragón, la presencia de estas legendarias figuras es frecuente y en muchas comarcas se les atribuye el calificativo de "moricas", llamadas así por la demonización a la que fueron sometidos los árabes tras su histórico paso por España. De ellas nos ha quedado una toponimia abundante: "Torre de las encantarias" de Sabiñán, "Cueva de la mora", en Rodellar, "fuente de la mora", o incluso el extendido apellido aragonés "Lamora", etcétera.
"Estos personajes de nuestra Comunidad son, sin duda, semejantes a las legendarias hadas de los países nórdicos, pero en nuestro caso llevan más misterio y encantamiento aparejado", señalan. Los escritores explican que "muchas de estas princesas moras, que en la Ribagorza han sido bautizadas como "encantarias", también habían sufrido históricamente experiencias mágicas, otras se perdieron en los valles, buscando a un príncipe que quedó igualmente encantado y convertido en piedra". "Brujas, demonios…" revela algunos lugares de Aragón por los que pasan las encantarias, aunque avisan de que los mortales sólo podemos verlas la Noche de San Juan. Habitan en ibones, balsas y barrancos, como las "dones d’aigua" catalanas, además de en algunas montañas que se han hecho míticas, cuevas, dólmenes o viejos castillos. El ibón de Estanés o el de Plan han sido algunos de los refugios de estos seres que salen horas antes del amanecer de la noche mágica del solsticio de verano y danzan por el lago con un vestido confeccionado con piel de serpientes de colores.
Esta guía de lo imaginario no olvida las leyendas diabólicas y las relacionadas con el "sacamantecas", un personaje "aragonés" temido por los niños, semejante al "coco" o "la loba".
La tradición oral, una vez más, vuelve a ser fuente de información de estos dos trotaragoneses, que en este libro quieren tributar un homenaje a "las cadieras" donde -junto al fuego del hogar- los más mayores han hecho posible que esta parte de la intrahistoria más legendaria llegue a nuestros días.
Heraldo de Aragón (20-03-2001)
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