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García y Adell

Manuel Ricol, el decano del ciclismo en España

Manuel Ricol, el decano del ciclismo en España

Portada dedicada a Manuel Ricol por la revista Los Deportes de Barcelona con motivo de la visita del veterano ciclista al Dr. Barraquer (Barcelona, 9 de junio de 1901)

DEPORTES Y JUEGOS TRADICIONALES

Publicado en “Domingo”, suplemento del Diario del Altoaragón, Domingo, 11 de abril de 1999

Por José Antonio ADELL CASTÁN y Celedonio GARCÍA RODRÍGUEZ

    Hace poco tiempo nos recordaba Mariano Amada, ligado por lazos familiares a la ciudad de Barbastro, que este año se cumplía el Ciento Cincuenta Aniversario del nacimiento de Manuel Ricol Giner, relojero barbastrense y pionero del ciclismo español.

    Recientemente Francisco Lagardera publicaba un interesante artículo titulado “Ciclismo y modernidad en Barbastro durante el siglo XIX”, en la revista Somontano, y que, sin duda, era un homenaje a tan distinguido velocipedista.

   Por nuestra parte, más modestamente, queremos contribuir con este y quizá con algún otro artículo, recordando alguna de las múltiples hazañas de Ricol; de esta manera nos unimos al homenaje que la ciudad del Vero está obligada a rendir a tan ilustre personaje.

Los inicios velocipédicos de Ricol

    A Manuel Ricol se le considera el decano del ciclismo en España; nació en 1849, en Castellote (Teruel), trasladándose su familia a Barbastro cuando tenía ocho años. En 1869 ya montaba en velocípedo, a los pocos años de que fuera inventado por los hermanos Michaux (1860). En 1877 se estableció en Barbastro de relojero y poco después fundaría el primer Club Velocipedista de Aragón.

    Los inicios de la historia del velocipedismo español están íntimamente ligados a su nombre. La memoria ciclista del oscense Eloy Pá también iba unida a este personaje:

    “Yo recuerdo que todavía niño, y cuando ni siquiera sabía pronunciar la palabra velocípedo, veía un hombre de larga y sedosa barba negra, montado sobre un hierro sostenido por una rueda extraordinaria por lo grande y otra extraordinaria por lo pequeña, pasar con tal velocidad, que producía nuestro asombro y la admiración de los mayores. Creíamosle un ser diferente de los demás y nos parecía imposible que, andando el tiempo, aquel vehículo llegara a generalizarse hasta conseguir la importancia que hoy tiene; y a esto nadie ha contribuido como Ricol, poniendo sus consejos, sus conocimientos y su capital a disposición de sus numerosos amigos” (1).

    Su nombre era conocido en toda España y en todas las regiones fueron testigos de su presencia, cuando era desconocido este medio de locomoción. Tuvo que aguantar las burlas de sus contemporáneos, los mismos que luego le aplaudían y felicitaban por su brillante carrera velocipédica.

El héroe del Vero

    Ricol siempre mantuvo viva la afición al velocipedismo e impregnó de ciclismo a cuanto le rodeaba. Si en alguna época el ciclismo atravesó dificultades, aparecía el “héroe del Vero” anunciando algún récord asombroso y ponía en movimiento a todos los pueblos que atravesaba en su tránsito.

    Prototipo de caballerosidad, Ricol fue espléndido con cuantos velocipedistas visitaron Barbastro. Su locura con todo lo que se relacionaba con el ciclismo, le hacía ser desprendido con el dinero y participaba en cualquier empresa que se le propusiera.

    Siempre tuvo un grupo de discípulos que heredaron del maestro su resistencia y su carácter.

Algunos records de Ricol

    El 14 de octubre de 1888 Ricol estableció el récord de doce horas, sin ser batido posteriormente en aquel año.

    El 15 de marzo de 1889 realizó 253 kilómetros en 20 horas y 32 minutos, estableciendo otro récord, puesto que Enrique Marzo consiguió el de 24 horas en diciembre del mismo año, cuando iba a entregarse a Ricol el diploma de Campeón de resistencia de España. 

Cien kilómetros sin desmontar

    El primero de marzo de 1893 El Ciclista  anunciaba que el conocido ciclista D. Manuel Ricol, a sus 44 años, pensaba batir el récord de 100 kilómetros sobre carretera, con la particularidad de hacer el recorrido sin desmontar una sola vez. El itinerario sería Barbastro a Huesca y regreso.

    En realidad, el intento de este récord no era exclusivo de Ricol, sino que iban a participar otros velocipedistas barbastrenses. Para el control de estas pruebas, no exentas de originalidad, teniendo en cuenta las fuertes cuestas del recorrido, los ciclistas de Barbastro contaban con la participación de los oscenses para que actuasen de testigos.

    Este anuncio pudo ser una más de las artimañas habituales en Ricol para mantener vivo el club ciclista barbastrense, afectado por la intromisión y predominio de socios ajenos al velocipedismo.

    El «Club de Velocipedistas de Barbastro» desapareció, pero el reducido grupo de velocipedistas permaneció, si cabe, más unido que nunca.

    El 10 de junio, por la noche, Peropadre y Llebot salieron para esperar a Ricol en Huesca; Palacián, Mateo, Ferrando y Regne se trasladaron a diferentes puntos del trayecto; asimismo, Conte, de Angüés, y Benabarre, Azara y Coll, de Lascellas, ocuparon otros puntos que de antemano tenían indicados.

    El día 11, Cidraque, Ramis, Ester, Beso, Alba, Miranda, Gruas, Gargallo y Bellostas partieron con Ricol, quedándose en varios sitios para acompañarle en su regreso. Los primeros kilómetros los cubrió con facilidad, pero no tenía que reservarse para cumplir su objetivo, hacer la ida y vuelta a Huesca sin bajar del sillín. En tres horas recorrió 64 kilómetros, pero poco después se levantó viento de cara que estuvo a punto de desesperar a Ricol en alguna de las cuestas.

    En estos momentos de pesimismo, perdiendo tiempo para no fracasar en su propósito, se encontró con la joven esperanza del ciclismo oscense, Juanito Dessy, que con su pesada máquina recorrió 60 kilómetros. A 14 kilómetros de Huesca les esperaba Campaña, que luego les acompañó en un largo tramo de regreso.

    Al llegar Ricol a Huesca, mientras daba la vuelta por la plaza de Santo Domingo para emprender el regreso, pudo ver, entre otros, a Mateu (célebre conserje del «Club Velocipedista Oscense» y a Eloy Pá, y en la carretera, desde Angüés, a Portolés, Rasal, Ezquerra, Beltrán, Vidal y algunos más.

    Al parecer, el joven Gargallo hizo el mismo récord que Ricol, aunque, como señalaba Eloy Pá, “sin pretensiones de enmendarle la plana”. Realmente, sólo podía apreciar el mérito de aquella carrera quien hubiera recorrido el estado de la carretera, sembrada de baches y alternada con rompedoras cuestas.

Polémica por el récord de Ricol

    Los records conseguidos por Ricol fueron homologados por la “Sociedad de Velocipedistas de Madrid”, circunstancia que aprovechó el navarro Antonio Sanromá para criticarlo, ya “que no estando constituida la Unión Velocipédica Española, no hay ninguna Sociedad que tenga más autorización que las demás”.

    Sanromá también se permitió opinar sobre el reciente récord de los 100 Km. de Ricol: “Debo advertir al señor Ricol que si quería que su récord de 100 kilómetros fuera difícilmente batido, podría haber escogido mejor carretera que la de Huesca a Barbastro. Sería una temeridad pretender batir de cincuenta minutos sobre el mismo terreno el récord de un recordman tan ventajosamente conocido como el señor Ricol” (2). Y, finalmente, Sanromá decía que estaba dispuesto a batir el récord del señor Ricol, en el mismo terreno que lo estableció o en el de Sanromá (paseo de carruajes del Parque). El ofrecimiento lo hacía extensivo a cualquier otro ciclista de Barbastro.

    Toda la polémica surgió por los artículos publicados en el periódico La Bicicleta, de Pamplona, firmados por “Veloz de Carrera” y de los que nada tenía que ver Ricol. Sin embargo, Manuel Ricol no tardó en contestarle, replicándole a sus advertencias y, puesto que se trataba de demostrar si el Parque era carretera española, le propuso que fuera a la carretera de Barbastro a Huesca para hacer los 100 Km., concediéndole los velocipedistas barbastrenses treinta minutos y un premio. Ricol no obtuvo respuesta. 

CITAS BIBLIOGRÁFICAS

(1) Eloy Pá: en El Ciclista, nº 31, Barcelona, 15 de junio de 1893.(2) Antonio Sanromá: en El Ciclista, nº 33, Barcelona, 15 de julio de 1893.    

Tabla del récord de Ricol: 100 Km. en carretera sin desmontar

(11 de junio de 1893)

                                  Hora Meridiano                    Distancias Kms.               Tiempo

Salida de Barbastro                   2,30                       

Salida de Lascellas                    3,15                                     20                             0,45

Salida de Angüés                       3’43                                    27                             1,13

Salida de Velillas                      3,55                                      31                             1,25

Salida de Siétamo                     4,21                                     39                             1,51

Salida de Huesca                       4,48                                     50                             2,18

Regreso de Siétamo                  5,23                                     61                             2,53

Regreso de Angüés                   6,04                                      73                             3,34

Regreso de Barbastro                7,40                                     100                           5,10

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