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García y Adell

Noche de brujas, diablos y misterios en la Biblioteca de Binéfar

Noche de brujas, diablos y misterios en la Biblioteca de Binéfar

María Adell, José Antonio Adell y Celedonio García en la Biblioteca de Binéfar. Foto: Jaume García Castro


Texto e Imagen: Jaume García Castro
Publicado en: http://www.laliterainformacion.com/la-litera/noticias-la-litera/comarca/80-municipios/2040-noche-de-brujas,-diablos-y-misterios-en-la-biblioteca-de-bin%C3%A9far.html

Binéfar, 31 de octubre de 2014.- La noche del 31 de octubre se celebran en muchas culturas alrededor del planeta diferentes fiestas en honor a los muertos o a las ánimas. En España la tradición nos viene de antiguo. Los Celtas ya celebraban esta fiesta que celebraba el fin de la época clara del año, aquella en la que estaba permitido casarse y que era símbolo de vida y daba la bienvenida a la parte oscura del año, aquella en la que todo muere para renacer en primavera. De estas fiestas paganas surgen las que celebramos ahora y siglos y siglos después la Noche de las ánimas, la que nos lleva del día 31 de octubre al 1 de noviembre, se convierte en una noche de brujas, espíritus, ánimas y difuntos.

En esta noche tan especial la Biblioteca Municipal de Binéfar programó una de las estupendas charlas que ofrecen José Antonio Adell y Celedonio García, en esta ocasión acompañados al piano por María Adell. Leyendas Misteriosas de Aragón es una charla que han llevado por muchas poblaciones aragonesas, perfectamente estructurada, muy bien trabaja, instructiva, divertida y amena, donde se van desgranando historias, anécdotas, tradiciones, cuentos y sucesos de la tradición oral de nuestros pueblos, ilustrado con músicas, muchas de ellas composiciones de la propia María Adell, pero también con imágenes y grabados o pinturas del imprescindible Francisco de Goya. Adell y García muestran en todas sus charlas el buen hacer y el oficio adquirido en más de 30 años de colaboración conjunta, además de su pasión por la historia y el folcklore aragonés. Y lo mejor de todo es que saben cómo transmitirlo y contagiar en el público esa pasión por lo que hacen.

Parece raro, pero la de anoche era la primera vez que ofrecían una charla en la Biblioteca Municipal de Binéfar. Han presentado charlas en muchos otros espacios, pero ayer se estrenaron en la recién redecorada biblioteca y lo cierto es que el espacio creó el ambiente preciso para que el público estuviera cómodo y creara una atmósfera acogedora. Historias de brujas y brujones, de ánimas, de duendes y encantados, de posesiones y de lugares relacionados con la brujería y los aquelarres. Y el Diablo, intentando engañar a los humanos y viendo burladas en el último segundo sus ingeniosas y malvadas intenciones. Aprendimos conjuros para volar en escoba, por qué los Puentes del Diablo se llaman así (hay muchos repartidos por toda la geografía) y por qué a todos ellos les falta una piedra, aprendimos por qué la cojera es símbolo de maldad (bueno, no siempre) y que brujas y brujones los hay buenos y malos, como pasa con las personas que no tienen contacto con la magia. Historia tras historia, el público se sumerge en ese Aragón mágico, se ríe con los chistes y las anécdotas que explican y acaban pensando que la hora y media de charla les ha sabido a poco, a muy poco. Adell se muestra divertido en las charlas, García en cambio es aparentemente más serio, pero eso es porque es de humor más socarrón. María Adell brilló con luz propia con sus composiciones y sus interpretaciones al piano que fueron sinceramente aplaudidas por los asistentes.

Quiso la casualidad que la charla se celebrara en viernes por la noche durante el sabbath, justo cuando salen las brujas a pasear. Tal y como explicaron anoche, cuando les coincide una charla sobre brujas en viernes, suceden cosas raras. Poblaciones que se quedan sin luz, gatos y perros que se convierten en espectadores, inundaciones… También aclararon que algún viernes no les ha pasado nada fuera de lo corriente. Anoche fue uno de esos viernes en los que la tranquilidad reinó durante toda la velada. Ya en la calle, finalizada la charla y recogidos los bártulos, cada uno partió hacia su casa. En la Calle Mayor de Binéfar me pareció oír un revoloteo por encima de la cabeza. Unas sombras pasaron volando muchos metros por encima de los tejados. Si eran brujas o una bandada de pájaros sólo el Diablo lo sabe…

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